domingo, 20 de septiembre de 2015

QUÉ PAJOTA!



Estimado doctor Chiro T. Fast:
Disculpe la letra porque acabo de pegarme la cuarta manoletina que ya quisiera el Gran Manolito darse unas cuantas corridas como las mías. Asisto a la plaza diariamente y me pego cuatro o cinco faenas espectaculares; pues, en ese momento creía era la mejor solución a mis sueños, ensueños y continuas poluciones nocturnas en su segundo aniversario por causa de mi de mi amor platónico. Sin embargo, ahora cada vez me siento sin ganas ni para pensar, mucho menos para comer o para ir a la escuela. Realmente estoy tan flaco y desganado que ni hago sombra y solo me refugio más y más en mi inseparable Manuela. También quiero que quede en el olvido  por siempre mi chapa “muñeca brava”.

Hoy me he levantado diferente (mis viejos me han sacado en hombros). Después de mucho tiempo le he metido diente al pan y la leche (qué pajota¡) y estoy  pensando en la mejor manera de colgar mis trapos tauromáquicos y me dije: esto no puede seguir así y le puse manos a la obra y me pegué la del estribo. Pues bien, doctor, ya sabe a qué me refiero. Pero, antes explíqueme, por favor: ¿qué hago si la causante es mi profesora de artes marciales: una chinita, buena, buena; buenota, de 1.75m más o menos y seguramente esconde bajo el uniforme un brasiere 38B, una cinturita de 60 cm. y lo de más abajo es  monumental (porque levanta muchos obeliscos) y si es un problema cuando está cerca y deja escapar  una sonrisa muy pero muy pícara, lo peor es cuando se voltea para mostrar una pose de defensa: todo el mundo se cae de espaldas so pena de clavarse en el piso del gimnasio si se vienen de cara. Ella es mi delirio. Yo sé que ella es solamente para mí. Lo juro.  Del arrobamiento he pasado a admiración  y por el vaivén de sus caderas hace varias noches que no duermo, no pienso, no como, ni quiero seguir así. ¿Qué opina doctor, me declaro y le hago conocer mi amor o le mando una carta a su correo electrónico? Al respecto le hago saber que soy estudiante del quinto grado de primaria, tengo 10 años, pero me han dicho que para el amor no hay edad. ¿Verdad?

Benjamín, El Pajonal

Estimado Benja, el deber me obliga a responderte como todo un profesional a quien acude un paciente a si seas un mocoso de miércoles como me hubiera gustado decirte: ocúpate primero de tus tareas escolares; haz pis, reza y al sobre!

Mas, como te dije, eres un paciente más al que debo todo mi respeto, pero me guardo todos mis malditos deseos de darte un par de chicotazos en el mero mero.

Lo que te sucede el algo muy natural. La edad cronológica no es una condición exacta para el inicio de la aparición y definición de tus caracteres sexuales. Hay otros factores concurrentes como los son la maduración, dieta, ambiente, la función mediática y, sobre todo el chorreo de testosterona, en cantidades navegables, en estos momentos deben estar acelerando tus procesos de maduración sexual y sus manifestaciones que te van a convertir en todo un varón; lo cual no quiere decir que eras un marica camino a convertirse en todo un machote de la gran flauta.

Por las referencias que me das, seguro que eres uno de los más grandes toreros del barrio experto en  la manoletina y si no puedes dormir es porque pareciera que estuvieras en un colchón de paja, porque es paja ¿no? Es decir te resulta demasiado agradable el conjunto de dulces sensaciones que te hacen parecer que te hallas en el cielo y en los brazos de tu amada; aunque la verdad, no será precisamente  esa parte.

Si bien en la antigüedad (10 años atrás, todavía los sacerdotes recomendaban no hacerse tocamiento obscenos, so pena de irse de cabeza al infierno, perder la memoria, volverse tebeciano o peor, que su práctica abusiva te iba a sacar pilosidades en las palmas de las manos (sobre todo si lo hacías con ambas y sin cambio de ritmo); entonces la cosa se ponía fea y te creaban una serie de traumas que solo los superabas en el viaje de promoción empujado por los compañeros y el obligado “bautizo” en un burdel  por invitación colectiva conseguida a empellones.

Hoy en día, se sabe que es una práctica necesaria y que responde a la naturaleza de tu organismo. Pero como todo en la vida debe darse en forma natural y solo responder a las necesidades del momento; y si esta afición se te va de las manos, puede convertirse en una adicción de consecuencias irreversibles: ni siquiera la presencia de tu media naranja podrá alcanzar los límites de satisfacción logrados por tu insustituible manita. Es la neta, mano¡ ¡Párala ya¡ (detenla) y cámbiate de muñeca… aunque sea una de goma. Así que, toma tu lechita; haz pis, amárrate las manos y al sobre¡ So pedazo de mocoso…



No hay comentarios.:

Publicar un comentario