Estimado Dr. Chiro T. Fast:
Le escribo la presente después de haberlo meditado mucho porque lo mío
es realmente un problema de proporcionalidad u oposición; es decir, me estoy
refiriendo a cuestiones netamente físicas, mejor dicho, corporales; mis medidas
anatómicas han venido con yapa. Tanto así que considero Diosito me ha dado unas
ventajas que en determinados momentos resultan desventajas. Verá usted: resulta
que mi novia es una periquita que a las justas llega 44 kg. Empinada en sus
zapatos taco aguja, apenas llega a 1.55 m; mientras que el suscrito, es una
mole de 1.88 m envuelto en un costal de 122 kg. tal como vine al mundo (bueno,
no llegué con estas características, obviamente) y a pesar de mis 40 setiembres
no he tenido una vida amatoria muy activa que digamos... huy, qué bestia¡ Sin
embargo y dadas las circunstancias del momento: esta noche debuto en el ring de
la cama redonda y tengo un temor muy grande, porque, según mis patas de
collera, me aconsejan que apague la luz y me vaya encima con toda la carrocería
desde el saque y que le ponga un empeño
loco hasta hacerla cantar las mañanitas en un do de pecho sostenido capaz de
enterar a toda la manzana. Bueno, al respecto, me he puesto a cavilar toda la
tarde y me pregunto, ¿qué va a pasar cuando este doble tráiler Scania se trepe
sobre la pobre motoneta Honda versión simple y por demás austera? Seguramente
que al primer intento de acople la va a desaparecer entre las arrugas de la
sábana terminando siendo una tortilla debajo del mullido King zice Paraíso.
Lógicamente no va a ser posible arrancar con el clásico 1-2 o arriba y abajo,
so pena de reventar hasta los otros cachetes y el clímax estará esperando por
los siglos de los siglos debajo de los restos de la tarima. Luego, si el acto
lo hacemos parados, mi flaca va a
terminar con una mamadera en la boca y no es aconsejable para una primera
relación. Tampoco sería posible que ella se coloque encima y empiece la
función, porque al primer suspiro mío puede arrancar como una hélice y pronto
terminaríamos muy lejos de la casa.
Entonces, vuelvo a la collera y me han jurado que la pose del misionero
es la más aconsejable para nuestro peculiar asunto ¿está usted de acuerdo? En
todo caso ¿qué me recomienda? Gracias por su antelada respuesta.
Job.
La Escondida
Al amigo Job: no hay razón alguna
para preocuparse. Total, como se dice vulgarmente: en la cama todos somos
iguales. Es cuestión de acomodarse.
Si bien la conformación de ustedes dos es diametralmente
opuesta –en un sentido meramente corporal- seguramente que en cuanto sus
caracteres o entendimiento les va de lo más bien. Igual puede irles en la cama.
Sus amigos tienen mucha razón: la pose del misionero les viene como anillo al
dedo, ya que usted puede colocarse de rodillas delante de ella de tal manera
que todo el peso de su cuerpo descanse sobre sus propias piernas; mientras que
su pareja lo recibe cómodamente colocando sus extremidades sobre las de usted.
No olvide que al estar frente a frente les permite verse, acariciarse y besarse
muy apasionadamente. El juego inicial es preponderante en estos casos de debut,
porque permite un buen calentamiento y lubricación a más no poder; de tal modo que se logra
conseguir un jaque-mate perfecto. Lo único que le podríamos sugerir es que no
le ponga mucho entusiasmo en la penetración, ya que se corre el riesgo de
quedarse clavado en el colchón.
Preferible vayan paso a paso descubriendo sus puntos G, K, S, hasta la Z
para disfrutar de los placeres que nos ha dado Dios y mucho depende de la
paciencia, la comunicación continua y la consulta permanente de algunos
manuales que ha publicado la Rampolla
son verdaderos tesoros de la juventud. Provecho
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