Estimado Dr. Chiro T. Fast:
Estoy a las puertas de meterme al Manicomio Moisés Heresi
(Primer Centro de Rehabilitación Local de CharacatoCity) todo por la culpa de
mi adorado tormento.
Resulta, mi estimado Dr. que de un buen tiempo a esta
parte, cada vez que mi pareja me observa totalmente desnudo, abre los ojos en
forma desorbitante, frunce las cejas en dos arcos inquisidores y su boca
pareciera querer gritar in crescendo: Oh, Oh, Ohhhhhh… hasta el paroxismo;
para, inmediatamente, pasar de una expresión dubitativa, recelosa y maliciosa a
otra que, francamente me deja como dos chupetes de carne, porque, muy
sutilmente deja entrever una velada sonrisa;
o peor aún, una muy disimulada risita, imitando a la Monalissa, cuando
se enteró que su pintor era de la otra escuela.
Al inicio, me pareció algo
natural en ella porque me confesaba al
oído que yo era su primer y único machucante, pues así resultaba compresible su
actitud al mantener estas relaciones inaugurales; pero después de los últimos
nueve meses, suelta el primer gesto inequívoco de la insinuante y al toque,
apaga mi entusiasmo por subirla al ring de la cama redonda a tal punto que:
presintiendo que ya va a sonreír… se me viene al suelo todo mi record
pugilístico junto con mi querido y ya casi olvidado pendón bicolor (50% negro
por el luto). Le ruego me aconseje, si no este va a ser un entierro por partida
doble.
Porfirio Ruinas, Quequeña
Lo primero que debo
hacer es tratar de levantarle el ánimo (por lo menos eso) esperando que ya no
estén cadáveres (usted y su casi extinguido apéndice) al recibo de mi
respuesta. Existe una doble posible causa: de una parte, bien podría deberse a
la… longitud, pero un momentito, no se alarme¡ es decir, a la medida del tiempo
transcurrido desde las primeras manifestaciones del problema que hoy lo
aterroriza; de tal manera que como esa experiencia desagradable se ha reiterado
cuchucientas veces, esta se ha tornado permanente por efectos de
condicionamiento. En cuyo caso, la solución sería cambiar de pareja o cambiar
de estilo: total, como dijo el Conde Bufón: el estilo es el alma (consuelo de
los miembros… del Club de los Postergados ad finem).
La segunda causa es
la que más confunde y preocupa, pues como también lo detalla en su misiva: la
casi imperceptible sonrisita inicial se ha trastornado en un incontrolable
ataque de risa, y que además dicha
acción se agrava acusando con el dedo índice estirado como una pistola
encañonando directamente hacia su
dignísimo miembro, antes de que él cayga postrado en esa mezcla de
insatisfacción o de locura causada por su acompañante; sí, la de usted, mi
estimado… y no se me haga el loco; pues ese dedo acusador podría mostrar una total inconformidad ya sea por su miseria anatómica o por el
descomunal regalo talla XXL ventaja otorgada graciosamente por la madre
naturaleza. Por lo tanto, lo primero por hacer sería verificar el tamaño de su
adminículo por algún amigo íntimo, pero tenga muy en cuenta que se está jugando
su futuro y que se podría repetir la escena delirante y de cuyos pronósticos no
le puedo asegurar nada.
Ojalá que la presente los encuentre con vida. Entiendo perfectamente la situación por la que está penando ya que compromete su calidad de macho. Rece porque ella se vuelva a levantar… del shock permanente en el que se encuentra (su ex incondicional); pero eso sí, vaya inmediatamente donde la Rampolla, aproveche que está imparable (perdón por la inoportuna expresión) quiero decir que está con muchos ánimos de poder atender tantos casos, que como el suyo, comprendido en el renglón: out of order, mas usted no pierde nada si es que dicha especialista le recomienda una prótesis (anímese, no la va a sentir). El único problema que se le va a presentar será: qué explicación va a dar a todos sus familiares y conocidos cuando le pregunten: ¿por qué caminas siempre acompañado de un periódico tapándote a 30 cm. la parte de adelante situada entre las piernas?
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