Papito Mario:
¿Cómo ha sido capaz
de hacerme esto a mí, que soy tu hijito predilecto, justo cuando estaba a punto
de mostrarte mi primer borrador escrito en un Ensayo deslumbrante sobre La Verdad
en la Autoría de una Obra? Aunque, en anteriores intentos, siempre rechazaste su
nula redacción y me advertiste que, hacerlo así, sería el principio y el fin de
mi carrera literaria. Dime, ¿por qué fuiste tan cruel? Y nos abandonaste en
pleno domingo 13 y, para colmo en Domingo de Ramos. Además, sin medir las
funestas consecuencias, todavía nos causaste pues, con esta infausta noticia…
además de conmovernos hasta derramar mares de lágrimas. Pero lo peor, lo
hiciste de improviso y sin mandarnos una seña, un aviso previo o algo que nos
haga maliciar tu inesperada partida, no te lo vamos a perdonar, sobre todo yo,
tu primogénito, quien estaba ansioso…esperando recibir el corregido borrador de
tu próximo… mejor digo, mi próximo ensayo. Seguramente que desde el más allá,
te sigas preguntando: ¿Otra vez con título en inglés? Querido hijito de la
guayaba y de mis plagios… ¿Cuándo vas a asumir tus responsabilidades?
Bueno, papi, tú seguirás
siendo todo lo ilustre que quieras por toda la eternidad al ser insigne dueño
del Premio Nobel 2010, gracias a nuestra prodigiosa creatividad y producción
literaria reconocidas mundialmente en la serie de premiaciones póstumas ofrecidas
aquí y hasta en los rincones más lejanos del planeta
Todo ello estuvo
ok, pero todavía sigo soñando que sigues con la maldita, sorry, digo, peregrina
costumbre de levantarte a las tres de la mañana (incluido sábados y domingos),,
diz que para seguir jodiendo; perdón, digo, escribiendo y apenas imagino que te
sientas en la cama, me despierto asustado sabiendo que, al toque, tienes que
esconder tu mascarón de proa manejado con toda concha apenas abrías tus ojitos
y al verte cara a cara, causabas muchos ataques de pánico y desmayos
interminables; sobre todo a mamaíta, (tu nueva robot adquirida) quien era la única
que te aguantaba casi todas las noches; dado a que muchas veces se te chispoteaba
y creías que era pleno día, cuando en realidad estábamos en media noche y tú,
terco como una mula, te quedabas tirando teclas (tu delirio), como loco, hasta
el día siguiente.
Papito, no sé si fue
tu apagada vista, tus desproporcionados incisivos o tu cabezota, pero hoy
resulta inconcebible todo lo que estuvo pasando últimamente con los borradores
que me preparabas para luego publicar los ensayos y comentarios políticos como
si fuesen autoría de este pechito; mira,
en tu último manuscrito he tenido mucha dificultad para descifrar dos renglones
seguidos. Tú hubieras dicho que era debido a que todavía sigo con mi Ata, como
tú la llamas a mi escondida ataxia y después se enteren mis editoriales y me
quede sin chamba de por vida. Además, reparo que te saltabas de un tema a otro
completamente opuesto y que a solas, te
reías al firmar como este tu fidelísimo (así se dice, ¿nooo?) primogénico que
te adora por siempre y para siempre.
Pos Data: papi, te
lo ruego, una vez más, vuelve… que ya hice desaparecer tu vieja Underwood
porque sus tipos no grababan con nitidez y, peor cuando se te daba por escribir
manualmente todos tus aportes que siempre fueron y serían muy bienvenidos; no
es en tu ausencia que ahora me aproveche y diga que mantenías una caligrafía de
los mil demonios que ni la IA sería capaz de poderla descifrar. Por siaca, y
disculpa que recién e atreva a decirlo: acababa de comprarte una poderosa compu
Mac Apple de 1m de envergadura, donde podrías dictarle los textos. El único
inconveniente que presiento hubiese sido que la confundas, bosteces y te la podrías
comer muy de madrugada y te quedases colgado. Tu hijo que te adora.
Álvaro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario