Para variar, mi alicaído status monetario volvía a dejarme hecho una piltrafa: mudo, pálido y desfalleciente entre los brazos de mi vieja e inextinguible capacidad nula en cuanto a disponibilidad de biyete; la misma que, en contados momentos, me parecía que era cosa del pasado; pero, al despertar de mi espantoso estado cataléptico, sabía que seguía recontra equivocado y, lo peor, en el momento, la traía colgada del brazo como si fuera el resultado de un maleficio perpetuo. Para colmo, al descubrirlo, ahora me resultaba recontra familiar; inclusive el maldito me había agarrado tanta confianza que se convirtió en mi alter ego II, pero metido en tamaño King size, afectándome de manera visceral; pues se vino acompañado de una incontenible diarrea incontenible, fiebre delirante y una sed de los mil demonios.
A pesar de todo, pude reaccionar y logré pensar
que aquello de estar eternamente condenado a chotear latas había quedado en el SXX
y ahora me tenía pateando inmensos cilindros de plomo y en un colmillo de
colmos, estaba patacala; es decir, descalzo; y para rematar, ahora me ponía
archi, supra, recontra misión imposible y botado en medio de la calle, cual versión
nativa de un fakir en jodas luego de estar tres días sin probar bocado,
agonizando de a pocos dentro de los restos de mi destartalada combi Volkswagen
que seguía parada gracias a una milagrosa casualidad al encontrarla parada en cuatro
sillares y a punto de gritarme: ¡Adiós for ever and never!
En mis locos delirios, recordaba: algunas
semanas atrás quise hacerla como ayudante de albañil y aquel maldito lunes, a
las siete de la mañanita en punto, me pusieron a cargar ladrillos y, al querer
iniciar mi tarea encomendada, sentí que las piernas se me doblaban como dos
chicles recontra mascados y, por si fuera poco, ambos brazos, al contemplar la
pila de seis ladrillos King Kong, cayeron en fulminante calambre y al cuarto de
hora me botaron.
Por fin y luego de agenciarme caleta dos
plátanos, pude ser aceptado como vendedor de pan en una bodega de la esquina,
pero al final de la jornada, la caja de
caudales no cuadraba con la cantidad de panes que me fueron entregados; me molieron
a palos, pero, felizmente, el instinto de conservación pudo más y ya tenía la
panza llena de bollos, bizcochos y algunos pastelitos gratis, además de otro
tanto escondidos en las piernas de mi pantalón y así pude sobrevivir un par de
días, imaginando, cada vez que bebía un chorrito de agua, era la leche más pura
jamás tomada al pie de una vaca. Y es que mi fe no desmayaba y pensaba,
seguramente mañana sería diferente.
Efectivamente y un tanto repuesto, después de
muchos meses, por fin, me bañé, me afeité y pude lavar mi ropa. Ahora sí que
parecía otra persona; hasta una vecina piadosa, me vio diferente, joven y nada
despreciable. Me invitó el almuerzo y la comida por dos días. Tiempo que sirvió
para recapacitar y tomar una decisión: tenía que abrir un negocio urgentemente.
Lavé la vieja combi y saqué dos toneladas de
cosas inservibles, incluso todos sus asientos y así pude realizar un rápido
inventario por si había quedado alguna cosa que pudiese servir todavía. Efectivamente:
allí quedaron tres sillas y una mesita que, con una limpiada a forro, quedarían
como nuevas; además, descubrí varias extrañas cortinas negras, una lamparita metálica
como la de Aladino que, con una franelita… También, no sé de dónde diablos
salió una sotana de cura franciscano a medio uso y algo que me llamó mucho la
atención fue que, debajo de todas las chucherías, encontré una máscara casi
intacta que mostraba la terrible cabeza de un jaguar, con unos largos y
afilados colmillos, tan bien hechos que parecían ser reales y aumentaba su
ferocidad. ¿Y ahora que hago con toda esta vaina? Pensé toda la noche y
me quedé dormido como un tronco hasta el medio día siguiente. Desperté
iluminado y me dije:
-¡Choche! Aquí está tu salvación: ya tienes un
posible escenario sobrenatural y…hasta tendrías un disfraz de adivino o chamán
para ser más creíble el asunto…podrías estar en condiciones de parar brutalmente
un consultorio esotérico, mágico y prodigioso; con la novedad que este sería móvil. Bueno…solo es cuestión que le pongas
llantas; las cortinas negras las colocas en el techo y en el fondo de la combi;
las otras, medio raídas y arrugadas, a
los costados para dar la impresión de ser una cueva misteriosa y milenaria; a
la mesita la pintas dorada junto con las dos sillas y arreglas la lámpara para
colocarle una luz rojiza que llame la atención de los incautos; digo a los
futuros consultores… Solo faltaría unos buenos anuncios en la parte de afuera y
si consigues un pequeño préstamo para comprar llantas usadas; te colocas enla
cabeza tu cucurucho de adivino decorado con lunas y astros brillantes y… ¡listo
el pollo! El
próximo lunes tenemos un nuevo e infalible chamán venido exclusivamente desde la
Universidad Autónoma de Huancarqui.
¿De dónde había surgido esta brillante idea y
por qué ahora? ¿Acaso no pudo ser antes…? En efecto, esa misma noche me puse a meditar
sobre el particular y recordé: ¡claro, todas aquellas lecturas de la
cartomancia; la hechicería y la magia… Historia y evolución del Chamanismo en El
Cardo; Las Cosas ocultas de Las Diosas, el Ocultismo de las Huaringas; Las 7
hierbas amargas; El Poder del Baño con Ruda Macho; Simbología Esotérica y Cien
Años de Prácticas Chamánicas, etc, etc. ¡Estaban haciendo efecto!
Como nunca, recurrí a mi vecina para pedirle
una falda en desuso y terminó obsequiándome una pecera pequeña que, volteada, podía
servir de mi bola de cristal, después de haberla puesto al día… en lo que a mi
nuevo emprendimiento se refiere.
///CONTINUARÁ…
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