Rebuscando entre las escuendidas verijas de tiempos pasaus, m´isentau d´iun golpe, como cuando se te caye del burro un costal Garibaldi llenito de papa negra, de la salamanca pueee… Me cayiu sobr´esta banca y´eneste mi sitio de shempre; aquicito nomá, en la picanteriya de la Teresa Salas; quien anda pa´quí, pa´llá, chaullando d´esta olla, así como de las otras cazuelas, hasta conseguir aquel sabor del padre y señor miyo que la distinguiya de tuitas las demás picanteriyas de San Lázaro y´el Puente Grau.
D´iotro rato me di cuenta que seguiya
apriocupau, pues no sabiya si mi´abiya cayiu encima la bendita Nevada o se
trataba d´iuna simple caricheriya que m´estaba jodiendo d´diadeveras; porque,
como nunca creyo que me sentiya un tantito kaykau y, sin quererlo, me remangau
d´iapocos el lindo ponch´uevicuña de mi Tata, pa´no mancharlo y dispués d´iun ratito,
e´chapau mi viejo huacali y´antes de llamar a la comadre Teresa pa´que
m´iatienda, l´ue vido qu´el pobre sombrero ya tie´neridas; pero shempre fiel, s´iaquedau quietecito a mi lau a pesar de s´uaujero
y sus alas qu´ian dejau de volar, y hoy, solo permanecen más cayidas sobre la
banca.
Mientras l´Irmita me traye el primer bebe de
chicha, se m´ia jondiau la torocma pensando: ¿Dénde cuándo andaremos tacpiando
duro y parejo por estas tierras del Tatito? ¿Quiénes seriyan las primeras
jamillas que llegaron hast´estos valles regaus por nuestro queriu riyo Chili? ¿Por qué
habiyan escogiu esta tierra sacudiu a cada rato por los terremotos? ¿Qué es aquello
que nos anima a quererla tanto como nuestra primera madre? ¿Cómo responder
ayste rompedero de torocma? Entonce…
Al ratito nomá, vino la comadre meñando
rapidito sus caderas y trayendo ella misma una repleta chuguita con el acostumbrau
Escribano de papas y rocotos ricién preparaus porque tuaviya sus vapores
seguiyan cotimbiando soure las papas raja-raja… Dispués de los primeros bocaus…
empezaba la cosa d´iadeveras yel picante subiya y subiya por el toncori yel
sudor empezaba a darle sube que sube…y ya no aguantaba un bocau más y tuve que
zamparme tuito el beb´ichicha. “Aura sí que me shento más tranquilo y núimporta
lo que pase mañana; pero, maldita seya, otra vez sacude mi torocma, aquella posible esplicacshón que
me daba: “ Más d´iaseguro tamién, dende aontes, pero, dende mucho aontes del inisho de los
siglos; es dicir, cuando Diosito andaba corretiando por estas sus chacras y, en
su infinita bondá, aguaytó su excelsa creashón d´ esta parte y dijo: “Aquí
Me Quedo” y su Mamita de Chapi lo detuvo un instante y acarishándolo. Dijo:
“Basta de regalos… acaso no vis qu´este hermoso valle y´está reposau al pie
de sus gigantescos zafiros azulaus…y´en cada dispertar del nuevo diya es besau eternamente
por el sol? Y qu´iademás la cubrió con la más pura blanca ñeve qu´iasta parece
tocar con sus puntas su infinito cielo azul.
Pero me seguiya preguntando: ¿Consideraría el
Tatito Dios, tal vez imperfecta su obra? Que no encontrando el sufishente barro
que necesitaba, chapó un pedazo del puro sillar pa´completar su poder onipotente;
le sopló vida, calor, juerza y libertá… Y lo puso bien parau, en el medio de
sus verdes andenes, de sus primeras tabladas listitas pa´ser cubiertas de trabajo,
de cariño y de vida? Y también, d´iaseguro, El Bandiu, ya sabiya qu´iaquí este
chacarero podría trillar tantas y tantas mieses de oro puro pa´dar de comer a
sus wawas... aquí, and´iademás, puedan comer las voladoras cahuanchas y pintarse
de colorau los chirotes… Aquí ande se pueda cachir una brazada d´ialfalfa, y´escaparse,
rapidito, rapidito, chimbando por la cequia…p´escuenderse detrásit´ue la pajcha.
Y allí, apurau, asurainarse hasta el otro día, pa´golver hacer lo mismo.
Y así, poquito a poco, de tanto en tanto, este
güen hombre iriya aprendiendo a ser feliz en su rakay; dándole duro a sus fainas,
de sol a sol pa´sacarle más vida a su tierra, en espera d´esa mañana
dominguera, que luego luego se vendriya llena d´ese adobo qu´ianunshaba su
sabor dende l´autra banda. Y así, puesss, atrasito catatariya al incomparable Rocoto
Relleno con su´obligada yapa de ricas papas con su ponchito de queso fresco y
luego, luego, quedar listito pa´ meterte ese Caporal de chicha hasta los
portales, y así qu´iasí hasta terminar la chuga entera y poderse chupar tuitos
los dedos de puro gusto. Depuesito, cayería, obligau, aquel néctar divino hecho
pa´ bajar la panza; entonce… habiya que meterle unas güenas copas d´ianizau...
porque tuaviya tuito lo metiu al buche, deciyan, se les quedaba atracau en el cogote y por lo
menos requeriyan d´iuna copita más… hast´acabar la botella.
Y así, luego d´iun rato, cayiban a la mesa el
Gato Froilán Paderes yel Cuto Hermenegildo, shempre acompañau de su inseparable
vigüela. Dentro d´iun rato vendriyan los infaltables picantes, los salús y los
recuerdos anegaus de picardiya, las grandes huertiadas, así como las duras penas
vividas por la querida lechigada.. Y´esto mismo, nos hariya recordar di´algún
yaraví…d´esos d´iadentro del güen Mariano Melgar, y y´ivamos a arrancar con
nuestras tocatas… Cuando la atenta Teresa trujo un par de candiles encendidos,
quimbiando en cada mano y me pareciba que las paderes de la sala empezaban a
querer chiparse al combite, pues ya veyía que se moviyan d´iun lau p´al otro. Chapé
mi huacali y patitas pa´qué te quiero: (Mañana tengo que madrugar hasta La
Tomilla).
-Voy a meyar…Un ratito!
Y pareciba qu´en el camino m´iba quimbiando
d´iun lau pal otro…¿O tal vez seriya la juerza del chancapapas que me saliya
dendel jondo?
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