domingo, 3 de noviembre de 2024

!APUJLLAY!

Rebuscando entre las escuendidas verijas de tiempos pasaus, m´isentau d´iun golpe, como cuando se te caye del burro un costal Garibaldi llenito de papa negra, de la salamanca pueee… Me cayiu sobr´esta banca y´eneste mi  sitio  de shempre; aquicito nomá, en la picanteriya de la Teresa Salas; quien anda pa´quí, pa´llá, chaullando d´esta olla, así como de las otras cazuelas, hasta conseguir aquel sabor del padre y señor miyo que la distinguiya de tuitas las demás picanteriyas de San Lázaro y´el Puente Grau.

D´iotro rato me di cuenta que seguiya apriocupau, pues no sabiya si mi´abiya cayiu encima la bendita Nevada o se trataba d´iuna simple caricheriya que m´estaba jodiendo d´diadeveras; porque, como nunca creyo que me sentiya un tantito kaykau y, sin quererlo, me remangau d´iapocos el lindo ponch´uevicuña de mi Tata, pa´no mancharlo y dispués d´iun ratito, e´chapau mi viejo huacali y´antes de llamar a la comadre Teresa pa´que m´iatienda, l´ue vido qu´el pobre sombrero ya tie´neridas;  pero shempre fiel,  s´iaquedau quietecito a mi lau a pesar de s´uaujero y sus alas qu´ian dejau de volar, y hoy, solo permanecen más cayidas sobre la banca.

Mientras l´Irmita me traye el primer bebe de chicha, se m´ia jondiau la torocma pensando: ¿Dénde cuándo andaremos tacpiando duro y parejo por estas tierras del Tatito? ¿Quiénes seriyan las primeras jamillas que llegaron hast´estos valles  regaus por nuestro queriu riyo Chili? ¿Por qué habiyan escogiu esta tierra sacudiu a cada rato por los terremotos? ¿Qué es aquello que nos anima a quererla tanto como nuestra primera madre? ¿Cómo responder ayste rompedero de torocma? Entonce…

Al ratito nomá, vino la comadre meñando rapidito sus caderas y trayendo ella misma una repleta chuguita con el acostumbrau Escribano de papas y rocotos ricién preparaus porque tuaviya sus vapores seguiyan cotimbiando soure las papas raja-raja… Dispués de los primeros bocaus… empezaba la cosa d´iadeveras yel picante subiya y subiya por el toncori yel sudor empezaba a darle sube que sube…y ya no aguantaba un bocau más y tuve que zamparme tuito el beb´ichicha. “Aura sí que me shento más tranquilo y núimporta lo que pase mañana; pero, maldita seya, otra vez sacude  mi torocma, aquella posible esplicacshón que me daba: “ Más d´iaseguro tamién, dende aontes,  pero, dende mucho aontes del inisho de los siglos; es dicir, cuando Diosito andaba corretiando por estas sus chacras y, en su infinita bondá, aguaytó su excelsa creashón d´ esta parte y dijo: “Aquí Me Quedo” y su Mamita de Chapi lo detuvo un instante y acarishándolo. Dijo: “Basta de regalos… acaso no vis qu´este hermoso valle y´está reposau al pie de sus gigantescos zafiros azulaus…y´en cada dispertar del nuevo diya es besau eternamente por el sol? Y qu´iademás la cubrió con la más pura blanca ñeve qu´iasta parece tocar con sus puntas su infinito cielo azul.

Pero me seguiya preguntando: ¿Consideraría el Tatito Dios, tal vez imperfecta su obra? Que no encontrando el sufishente barro que necesitaba, chapó un pedazo del puro sillar pa´completar su poder onipotente; le sopló vida, calor, juerza y libertá… Y lo puso bien parau, en el medio de sus verdes andenes, de sus primeras tabladas listitas pa´ser cubiertas de trabajo, de cariño y de vida? Y también, d´iaseguro, El Bandiu, ya sabiya qu´iaquí este chacarero podría trillar tantas y tantas mieses de oro puro pa´dar de comer a sus wawas... aquí, and´iademás, puedan comer las voladoras cahuanchas y pintarse de colorau los chirotes… Aquí ande se pueda cachir una brazada d´ialfalfa, y´escaparse, rapidito, rapidito, chimbando por la cequia…p´escuenderse detrásit´ue la pajcha. Y allí, apurau, asurainarse hasta el otro día, pa´golver hacer lo mismo.

Y así, poquito a poco, de tanto en tanto, este güen hombre iriya aprendiendo a ser feliz en su rakay; dándole duro a sus fainas, de sol a sol pa´sacarle más vida a su tierra, en espera d´esa mañana dominguera, que luego luego se vendriya llena d´ese adobo qu´ianunshaba su sabor dende l´autra banda. Y así, puesss, atrasito catatariya al incomparable Rocoto Relleno con su´obligada yapa de ricas papas con su ponchito de queso fresco y luego, luego, quedar listito pa´ meterte ese Caporal de chicha hasta los portales, y así qu´iasí hasta terminar la chuga entera y poderse chupar tuitos los dedos de puro gusto. Depuesito, cayería, obligau, aquel néctar divino hecho pa´ bajar la panza; entonce… habiya que meterle unas güenas copas d´ianizau... porque tuaviya tuito lo metiu al buche, deciyan,  se les quedaba atracau en el cogote y por lo menos requeriyan d´iuna copita más… hast´acabar la botella.

Y así, luego d´iun rato, cayiban a la mesa el Gato Froilán Paderes yel Cuto Hermenegildo, shempre acompañau de su inseparable vigüela. Dentro d´iun rato vendriyan los infaltables picantes, los salús y los recuerdos anegaus de picardiya, las grandes huertiadas, así como las duras penas vividas por la querida lechigada.. Y´esto mismo, nos hariya recordar di´algún yaraví…d´esos d´iadentro del güen Mariano Melgar, y y´ivamos a arrancar con nuestras tocatas… Cuando la atenta Teresa trujo un par de candiles encendidos, quimbiando en cada mano y me pareciba que las paderes de la sala empezaban a querer chiparse al combite, pues ya veyía que se moviyan d´iun lau p´al otro. Chapé mi huacali y patitas pa´qué te quiero: (Mañana tengo que madrugar hasta La Tomilla).

-Voy a meyar…Un ratito!

Y pareciba qu´en el camino m´iba quimbiando d´iun lau pal otro…¿O tal vez seriya la juerza del chancapapas que me saliya dendel jondo?

 

 

 

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