domingo, 22 de septiembre de 2024

CONFESIONES TARDÍAS

 Sin lugar a dudas que estos inconfesables casos se han constituido entre los  más guardados, (solapa y mentalmente obligados), allí dentro de los intersticios de los anales humanos; pues siempre existieron los inminentes riesgos de quedar degollados en el caso que nos graben, filmen o sean singularmente escuchados (de casualidad); es decir, desde siempre, se corre un riesgo mortal para todos y cada uno de los sobrevivientes; los  que años antes se atrevieron a juntarse hasta que la muerte los separe  a pesar que cada mañana, después de conocerse, “a fondo” se dicen, increpan y ventilan al aire sus escondidas cuitas.

Para confirmar esta aseveración y temblando ante la pendiente Espada de Damocles en manos de mi media naranja y que según veo está presta encima de mi lomo, tomaremos cualquier nombre como aquellos iniciales de Adán y Eva, por citar dos nombres ejemplo de perfección; además de ser bendecidos con la dicha eterna prometida, así como ausencia de necesidades apremiantes en el supuesto paraíso, “gracias” a aquellas  advertencias supremas impuestas a sangre y fuego en las mitras de sus creaturas por el magnánimo Tata Lindo, quien, no sabiendo qué más podía hacer, les brindó casa, comida y… lo mejor, sin que les cueste el menor trabajo para sus supuestos vivos retratos debutantes en su catrimonio.

Ahora, conscientes que hemos pasado  más cuchumil añales y que ambos protagonistas tradicionales, ahora en su versión 2024, todavía se reencuentran todas las mañanas cara a cara; sin embargo, siguen asustándose al contemplarse de sopetón, el uno a la otra: ya no les resulta su dulce nido; sino, ahora les huele a espantoso averno y solo quieren estar a mil kilómetros de distancia. Luego de pasado el susto, reaccionan y empieza el exhaustivo y riesgoso examen, sobre todo cuando ambos siguen agujas, fríos, calatos y sentados sobre los resortes pelados de su camita; se contemplan otra vez, toman los guantes, sueltan la viperina y sacan las temibles garras, esperando que suene la campana para romperse los cachos en un nuevo clinch del siglo:

-¿Cómo has cambiado choclona? ¿A ver…dónde estás metida? Tus mechas no dejan verte y tus rollos son los de una larga serie de XX capítulos; tu papada anda pateando tu bombo y…

-En cambio... ¡Tú, no has cambiado nada, won! ¡Sigues amontonando grasa y mofletudo! La pelada se te va hasta el mismo cu…

-No es muy recomendable que intentes penetrar en estos campos minados, porque...

-¿Tienes miedo?

-Y no te recomiendo ir allí…Por las sueltas chichis que las usas de boleadoras para acercarme en épocas de invierno…hasta causarme endiablados calambres y quedo mudo, hecho un tronco de hielo hasta las 24 horas del día siguiente, cuando quieres ponerme en baño María y me siento un chancho al palo. Es decir, asado y no es aquello que te relamas de sólo imaginarlo. Entonces dime, ¿O´nstá aquella despampanante odalisca que siempre se mostraba abierta…?

-¿Que cosaaa..? ¡Tu abuela, quien siempre acababa de par en par frente al batallón de…

-Guarda... ¡Guarda, gorda! Que chocas con Chocano. Porque en ese rubro, tu venerable era la más conocida mami del ve…

-Pues que no se te olvideee… Eran coleguitas de chamba con tu recorrida vejestoria...

-Bueno, bueno; mejor volvamos a lo nuestro, que todavía hay una luz al final del túnel…

-En el túnel de tu…

-No. En el de su colega y vecina...

-Ahhh... En el de tu abuela, je je je.

-No. En el de la conchita…de tu...

-¡La Tuya!

-¡Suave... Suave! Que ya estuvo suavena… Pasando a otra cosa, mariposa.

-Ahora es con tu hermana, la noctámbula. ¿Estás pasando lista familiar?

-¡Para nada! Sólo recordaba tu línea materna, en especial a las polillas del barrio más conocidas como Las Candelas, después que avivaron los incendios en toda la cuadra y…

-Vas a perder por nocaut técnico, ¡Choche! Apuesto el pellejo de tu padre. Aunque ese pergamino está listo para el museo…

-Donde están…donde están las momias de tus antepasados, ¿nooo?

-Sí, pues, allí donde tienes que hacerles un pago a la Tierra a los tuyos por sus aniversarios.

-Siguiendo la tradición de tus ancestros y de tu clan…

-Bueno, ¿nos dejamos de wadas?

-Podría ser…si dejas la garrafa de formol que llevas a mi suegra!

-¿Y tú? Si sueltas ese cirio de metro y medio que tienes entre tus brazos para mis cuñaditos!

-¿´Onstá tu juventud? ¿Qué fue de tus febriles arrebatos adolescentes donde mostrabas, sin el menor pudor, todas tus bondades anatómicas que nos tenían locos a todos los choches del rioba?

-¿Y Tumbes? Que pecabas de Tarzán y salías calato al centro del patio para mostrar tus miserias a toda las chibolas y casi te llevamos a la Sala de Anatomía para hacer factible tu sueño de actor consumado…

Hubo un par de suspiros al unísono. Voltearon la cara para escapar del maldito susto. Trataron de acomodar las sobras de una, por arriba y las miserias del otro, por abajo. Apenas pudieron vestirse lenta y miserablemente. Se pusieron poco a poco en pie y era un concierto de huesos y exhalaciones. Lo único cierto es que uno de ellos se fue con dirección dubitativa; la otra, en dirección opuesta, pero todo indicaba rumbo a la calle. Pronto volverían a encontrarse y, como si nada hubiese ocurrido, seguirían tratándose admirablemente…pero en el fondo de sus ojos algo más se seguía cocinando y con seguridad, que sería gritado apenas se despertasen en la mañana siguiente ¡Palabra!

 

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