lunes, 21 de agosto de 2023

¿D´IANDE HA VENIU MI QUERIU ROCOTO RELLENO?

 D´iaseguro que jueron los primeros años…digamos, qu´estaremos lajlando d´iaquellos alejaus años de los mil ochoshentos y tantos… Así lajlaba el tata de mi tata o seya mi tata grande, dispués d´iaberse mandau un güen bocau d´ese picante y´endiablau rocoto colorau el que l´iapuraba un güen bebe de chicha fresca y tranquilizadora. Deciba, sudando a chorros, pero bien entusiasmau: …qu´iallá en la mesmita Yanahuara, cruzando Chilina, peee… en l´autra banda del Chili, ande s´iacolpachaban los calzonesnegros, viviya un joven y muy atento párroco, por demás entushasta devoto del vinito de consagrashón, la güena chicha y del aguardiente en jarro; más el muy trejo andaba más apegau a las faldas qu´iun calzón bombacho…Sí, peee… Cuentaban que tuito el mundo, dispués d´iaber escuchau la misa del domingo, huaspiaban al ojovivo d´este curita qu´ia simple vista pareciba no matar n´iuna mosca, pero pa´quien lo conociba, er´un diablau hainacho mujeriego, escondiu bajo esa sotana callente de fraile arrepentiu.

Del otro lau, tuitas las beyatas mayorcitas que paraban casi tuito el santo diya tras del ojo vivo curita enamorador, sabiyan qu´este zamarro fraile no teniya ningún tipo de preferenshas a l´aura de chapar almitas pecadoras, pues quepichaba entre sus sábanas a tuito aquello que armara pollera y mantón, sin importarle edad, estau, ni bienes; y con su ladina lengua, coseguiya d´iacer unas confeshones de padre y señor miyo… Este sajra bandiu, l´uasiya en cualquier otra parte, pero juera de la capillita, porque “Diosito moraba en tuitas partes” y por eso no le fallaba las largas filas de abnegadas ovejas dispuestas al sacrificio, digo, a recebir sus íntimas penitenshas.

Resultau de tantos desmanes cometius por su mercé, dos de sus maltonas y predilectas confesoras, dispués d´iun tiempo ya no queriban yir ni de yapa a la capilla; menos, querer recebir la santa eucaristiya, pues les esta-ba creciendo un temor tan grande como la pancita pecadora y no les cupo otra disculpa qu´escapar luego, luego del pueblo, pues los chismes empezaban a querer zampárselas enteritas.

Pasaron los años y aquel incontenible fervor por hacer las confesiones en cualquier sitio, menos en el confesonario, seguiya en aumento; mas shempre acompañáus de los repletos jarros de vino, las cantarillas de chicha y las arrobas del mejor pisco trayido dende Vítor. D´iadepronto, una juerte figura negra engüelta en un largo y viejo velo, tacpiaba muy apurau en busca del “padrecito”, pues una antigua vecina habiya llegau acompañada de una maltoncita, quien mostraba en su carita algunos rasgos que pareciban muy, pero muy conocius:

-Padre, Padrecito…Acaba de llegar l´Angelita…

-Y…bueno, ¿eso qué tiene de particular?

-¡No! ¡Nada! Solo deciya…Ella ha veniu con una cora muy bonita y coloradita…

-¡Que bien! De seguro que es su hija…porque l´Angelita era muy guapa, ¿nooo?

-Perooo… !Está preguntando a tuito el mundo por su mercé!

Al instante, dejó de beber el copón de vino, se remangó las anchas mangas y bajó de un tirón la capucha que le cubría inclusive gran parte del rostro. La pobre luz que había en la sacristía no dejó apreciar el cambio de expresión y ese color sucio-amarillento que había adquirido su rostro abrumado.

Quién lo diriya, pero con los primeros rayos del diya siguiente los peyores chismes s´iabiyan multiplicau como las coras antes de la shembra. Cuando d´iadepronto, otra figura tapada con la larga toga de la misma orden religiosa, qu´iapenas l´arrastraba, lentamente entraba por la puerta entreabierta de la capilla. Se aproximó muy desconfiau a la Sacristía y a la primera persona que encontró le dijo:

-Querida hija, seguramente sois una un amante devota del padrecito…¿Podéis anunciarme? Dile que ha venido el Padre Prior…y necesito hablar con él…

Pasaron varios días y ambos religiosos no salían de las estrechas paredes oscuras de aquella pequeña habitación que hacía las veces de morada del párroco. Y las chismosas beatas se convirtieron en el correo más convenciu, salpicau de torpes latinajos, mucha malicia adornada con su sal y pimienta infaltables:

-¡Pobre Padrecito Celestino!...S´ia fregau…dizque no solo lo botan del pueblo…sino, está hasta las verijas… Dicen qu´ste superior es un cura viejo, muy renegón…y ya s´ia enterau de las cochinadas…pero podiya jurar que nosotras…jamás l´emos podiu chapar nada de nada…s´iasta pensábamos qu´era un santo…anque de cuando en vez…nos pegaba unos apretones… L´evacer un juisho público… creyó que d´esta no se libra…el muy bandiu…!Pobrecito!

-¡Qué pobrecito…ni niño muerto! Que lo boten… porque…nuestras hijas…y ñetas…

Llegó el diya señalau pa´l juzgamiento público de nuestro párroco de tuita la vida. Las opiñones en el pueblo estaban divididas: -¡Que lo boten y que lo capen…y´era tiempo! -El no tiene la culpa…es su naturaleza humana…per encima de todo es un hombre…Que lo perdonen… Pasó una hora; dos, tres…y llegó la noche.

Después de un mes no se supo del mencionado curita mujeriego. Solo que ahora se podía encontrar un nuevo sacerdote muy serio y puntual; que casi no hablaba con nadie. Pero como siempre los comentarios, a cual mejor y más picantito, corriya d´iabajo pa´rriba; di´ajuera, pa´dentro: …el Padre Prior l´ia quitau la sotana y lía dau una penitensha de su propia medecina:

-¿Cuál, cuál…cuenta, soltáaa la lengua d´iuna vez, que me muero de ganas…por saber qué le pasó…

-El superior l´ia dicho: hermano Celestino, entiende que´sta cosa que tia pasau es una obra del demoño…y como tal…Tenéis que hablar con el mismo diablo…pedile que d´iuna vez abandone tu cuerpo pecador…

-Pero eso es imposible su mercé… Trataré de invocarlo… y seguro me va a pedir algo…algo muy valioso…

-Yo creo que sí. Lo más probable es que te pida un alma para el purgatorio…

-Le ofrecerá la mía…a fin de conseguir el perdón de la Santa Iglesha…

-Aura sí que me parece imposible…porque tu alma ya no sirve para nada…Yo creo que te va a pedir el alma de tu joven y bella hija…

CONTINUARÁ

 

 

 

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