Por varios diyas l´uabiya catiau, dende las primeras horas de la mañanita con la torocma metiu en su pequeña habitashón qu´iasiya las veces d´iaquel su queriu taller d´iajunto nuestra rica huerta que, por estos tiempos, andaba chipadita de brembillos pintaus entre verde y amarillo porque y´andaban a medio madurar, los aurimelos y´astaban pa´meterles el diente, y´esos blanquillos muy a punto; d´iaseguro que d´esta tarde no pasaban.
Allí, lo vide outra
vez, bien parau al tata de mi tata, quien solo me recibiya cuando le deciba
papá grande cuando salíyamos trote a la
recoba o p´ande sus compadres, ya seya pa´comprarles maiz, trigo, algunas
verduras o simplemente pa´lajlar de las güenasmozas maltonas qu´estaban
pa´jondiarles un güen piropo; anque sabiya q´uera mejor cantarles una de tantas
coplas que miabiya aprendiu en los carnavales. Allí lo vide, estaba empeñau en
su tareya de poder terminar d´ihacer una amorosa cuchuna. P´aiso s´iabiya
conseguiu un pedazo de palo, corto como p´empuñarlo con suma facilidá. L´estaba
boliando un cabo pa´quese mango n´uaga daño al cogerlo y ya se aprestaba a
meterle un clavo callente por el otro lau y hacerle un hueco sufishente pa´que
pueda dentrar uno de sus laus d´esa cinta de fierro doblada en forma de gancho,
habiéndole sacau filo a la parte d´iadentro d´esa menuda hoz hecha con tantito más
qu´empeño y cariño.
D´iadepronto, a
los tres diyas creyo, soncando los jarros de leche en pleno desayuno y sentaus
en la gran mesa del comedor, le vide que m´estaba huaspiando bien seguiu. Y
pensaba: ¿Qué se traye este mi tata? Algo me tinca que y´estoy asicito de ser fregau…
-Maber…Panchito,
hijito, ¿qué vais hacer esta mañana?
-¿Por qué?
-¿Porque qué?
-¿Por qué,
tata grande?
-Así…muy
bien; pero nunca t´iolvidís… Maver…!Te necesito!
-¿P´ande
me vauste a catatar? Porque yo paro muy ocupau tuito el santo diya…
-¡Juera,
juera, perrito chogni! ¡No t´iagáis, conmigo! Que bien sabemos de la pata que
cogiáis…¿nooo?
-Güeno…güeno.
Solo deciya…
-¡Vamos… a
coriar! Per´uesta vez tenís que cargar tu propia cuchuna y tu sombrerito
huacali… Son ocho cuartillas que tiene la tablada qu´esta llenita de coras…Y ya
tenemos que almiar los terrenos pa´la shembra del trigo…
-Pero… yo
nunca he metiu la mano en la coriadera y…además no sé cómo s´iace eso…
-No
t´iagas…que bien te huaspiau limpiando tuita la cora en la huerta de tu
vecinita, la… ¿cómo se llama esa guagua linda?
-¿La
Lindaura? Nooo…nunca le coriau nada de nada y d´iaseguro cuando m´ias vido, estaba
jugando con su cuchuna…
Se remangó el
poncho de alpaca, metió la mano con mucho entusiasmo en uno de sus bolsillos,
se sonrió y sacó, cual su mejor trofeo aquella herramienta chillantita y recién
terminada, que además la había forrado hábilmente con tela y amarrado con pita,
para una mejor manipulación de su guagua.
-Güeno,
Benito, decíme…¿M´aicomapañáis o no? Vos te lo perdís...
-Dígame,
tata grande, ¿qu´es aquello que me´guá perder?
-¿Quéee…n´uadivináis? Si
vos sabís que cada que m´iacís caso, shempre te compro algo o te llevo ande mis
comadres pa´envitarte una sabrosa matasquita o un estofau d´esos pa´chuparse
los dedos; anque aura he vido que t´está gustando los endiablaus rocotos
rellenos que prepara la Teresa…Sí, peee…esa mi comadre, tiene unas manos…que
Dios se lo pague.
-Y´esta
vez, ¿qué m´ias preparau?
-Algo más
importante que un par de caucachos nuevos, q´iuna camisa; q´iun trompo o una
docena de bolas chillantitas…Es algo que te gua dar por primera vez…
-¿Qué
será, qué será? Algo mucho más importante… Hummm…
-Empezar a
ser un hombre d´iaverdá!
-Pero…tata…si
soy todo un hombre y bien machito…como mi tata y el tata de mi tata.
-No me
entendís. Hoy, vais empezar a trabajar en la chacra. Chacra qu´en unos años
será tuya y qué mejor que la conozcáis dende adentro, dende ser un peyón,
pa´que sepáis lo qu´es poner el lomo, lo que cuesta sembrar y lo tenís que
cuidar pa´que nuca desaparezca.
-Pero…¿cómo?
-¡Aquí tenís t´uerramienta! Cuidaláaa mucho…
Mirá qué de´bonita m´ia quedau. Tamien t´ialistau un mantel pa´que podáis catatar
algunos choclos negros del Aquilino…qu´el domingo vamos a preparar una huatia y
ya tenemos las papas salamanca, las habas maduras y´el queso fresquito; la
carne y´astá contratada en la Recoba de l´Antiquilla y con los choclos ¡Y´a tenemos
listo el pastel! ¡Apuratéee…!
No había forma
de contradecirlo, sabía cuánto me quería y todo lo que sabía, él me lo había
enseñado con mucha paciencia y siempre me tenía una sorpresa después de haberle
hecho caso o cumplido con alguna tarea encomendada. Se quitó el poncho
prontamente y sabía que iría a su cuarto para coger su sombrero, alistar su
pala y ponerse su sombrero huacali de toda su vida; a pesar que debería haberlo
abandonarlo desde hace mucho tiempo atrás.
-¿Por ande
vamos, tata grande? ¿Cruzamos por el Molino San Juan o dentramos por ande Vivanco?
Porque la lloclla a´dentrau y a´cargau much´agua…
-Vamos a´yir
por ande “Las Ratitas”, d´iaseguro que vamos a tacpiar un tantito más, pero han
colocau tres troncos de ocalicto a manera de puente y´es más seguro… Pero… ¿qu´iá
pasau? ¿D´iande m´ias sacau ese huacali nuevito?
-Es de mi
tata…pero ya le pedí permiso…
-Muy bien,
así se hace shempre. Pero si vos tenís tu huacali casi nuevito…
-¡Per´ues
que ya soy tuito un hombre!
AREQUIPEÑISMOS: basado en el Diccionario de
Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz
Aurimelos: dulces duraznos
Brembillos: por membrillos
Caucachos: zapatos viejos
Catatar: llevar, arrastrar
Catiar: fisgonear, atisbar
Chillantita: nuevita
Chipadita: llena, plena
Chogni: legañoza
Coriar: quitar la mala hierba
Cuchuna: pequeña hoz metálica rústica
Huacali: sonbrero típico de alas anchas con caída
anterior
Huaspiar: vigilar, atisbar, espiar, acechar
Jondiar: lanzar, tirar
Lajlar: hablar, comentar, criticar
Maltona: muchacha adolescente
Peyón: por peón
Recoba: mercado de abastos
Soncar: beber, tomar
Tacpiar: caminar con dificultad, andar
Tinca: (me tinca) por me parece o me suena
Torocma: cabeza, mente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario