Que los más de dos años de pandemia iban a cambiar significativamente nuestras vidas parecía una cosa de locos en una sociedad tan trabajadora, sana y fiel cumplidora de sus obligaciones como la nuestra; sin embargo, hoy, más que nunca, ello se hace realidad y resulta estar más evidente que la esforzada chamba que realizan nuestros queridos hijos de la guayaba, llamados popularmente chongresistas; pero la cosa (la chamba), sin lugar a dudas que no solo los ha cambiado a estos travagadores, sino, en muchos casos se ha vuelto otra pandemia y con características más graves; al punto que “aparecen recientemente contagiados” y por lo tanto, como se hallan al borde del internamiento obligado en una sala de cuidados intensivos, recién se les prendió el foquito y solicitan (a como dé lugar) unas necesarias licencias o permisos por motivos de contagio inmediato de la Ómicron.
Asimismo, sabemos que un
sindicato es aquella asociación de trabajadores encargada de cuidar los
derechos de sus asociados. De otro lado, existe la posibilidad que nuestros
hijos vuelvan a las clases presenciales en las entidades estatales según lo
declarado, confirmado y autorizado por su ministro de educación, generando una
expectativa inusual y casi olvidada porque ya estamos jorobados y no sabemos
qué hacer con nuestros “aplicados” estudiantes en casa todo el santo día… en el
celu.
-¿Y a qué viene tanto
fufurufu, my dear boss?
-Bueno… Si es para cantarse
de risa: Según declaraciones del dirigente del verdadero sindicato magisterial,
tan solo a una semana de iniciar la clases y “…tomando en consideración la
integridad de nuestros queridos alumnos, no se cuenta con las condiciones
suficientes para garantizar una educación de calidad… Luego, hay que
postergarlas por…digamos 15, 20, o 30 días más; sin embargo, afirma, podría ser más atinado que sea todo el tiempo
que requiera el arreglo y construcción de aulas, baños, carpetas, pizarras y
demás implementos necesarios para realizar un buen dictado de clases… que
además falta…”
-¿Y qué diablos han hecho como
docentes, institución o gremio durante estos más de dos años? ¿Cómo es que han
aprobado sus alumnos para ser promovidos al grado inmediato superior? ¿Cuál es
el balance de los objetivos logrados a través de las clases virtuales? ¿Cómo
pueden demostrarlo?
-“Ahhh… bueno… este… -responden-
Eso es trabajo de las ugeles, del ministerio o de sus autoridades… Nosotros
solo cumplimos con desarrollar sus programas educativos… Además, ustedes pueden
comprobar que no todos los docentes saben; digo, tienen su laptop; mucho menos
los alumnos de las comunidades… y mientras no se solucionen estos problemas
latentes… ¡No podemos dar inicio al desarrollo de las clases presenciales…”(?)
-Esta es la triste y
paupérrima realidad del gremio magisterial, producto de la improvisación y
surgimiento indiscriminado; tanto de incontables escuelas pedagógicas creadas
en las seudo universidades y sus cientos de filiales, como en los institutos pedagógicos
donde se pagaba cuatro soles la hora dictada sin importar la idoneidad de los
docentes a cargo; así como también el gran porcentaje de enseñadores de tercera
categoría o desocupados con quinto de secundaria no verificado, que por
necesidad iban a “Dictar clases” a las provincias, distritos alejados,
comunidades altoandinas o II.EE. refundidas en el monte… En otras palabras… al
margen de la fecha de inicio, del cumplimiento de las disposiciones del
ministerio o del control que suele
efectuarse…hay un grave problema que subyace en la formación ética y moral del
docente nacional; donde la exigencia sindical se transforma en un trabajo eminentemente
mercantil…”Porque el desempeño laboral, en esencia, está determinado por la
cantidad de remuneración”. No importando el grado de responsabilidad frente a
las futuras generaciones, el compromiso adquirido al asumir un verdadero rol de
docente formador y, finalmente, el disponer de un mayor tiempo para otras
ocupaciones que le rindan ingresos extras como los conseguidos durante la
pandemia…O sea, las necesidades cambiantes de las grandes mayorías han
equivocado la labor esencial del docente en general, al igual que otros
profesionales que están obrando de la misma manera: ver la forma más fácil de no
cumplir con sus obligaciones adquiridas con el estado, primando en sus mentes
la comercialización de su trabajo y la mercantilización de sus habilidades, aún
cuando el estado, nosotros sus habitantes les hemos pagado su
profesionalización y especialización… Pero prima su equivocada “calidad de
vida” y su anhelado estatus social…
-Dicho de otro modo, my dear
choche… seguimos metidos en la mermelada de siempre…
-¡Obvio! Continuamos
escuchando y sobre todo oyendo con la orejas bien paradas, los cantos de
sirenas…o las repetidas canciones populistas que, al hacer eco en los huecos
cerebros de los habitantes de Perusalem, las tomamos al pie de la letra como
ciertas, únicas, especiales; donde, existe la seguridad que esta vez, sí van a
ser cumplidas todas y cada una de las promesas
electorales: educación de calidad… desaparición de la pobreza, acabar con la impuntualidad,
la improvisación y la indiferencia; etc. etc.
-¡Y aquel avanzar con la ayuda
efectiva de la tecnología en 5G con 1000 megabites por segundo, metidos ya en
el metaverso, en base a mucha investigación, amor al estudio; restaurar la
familia y volver al hogar?
-¡Ahhh…! ¿Eso? No nos
corresponde… Es para otras latitudes… donde sí reconocen el trabajo del prosor.
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