Después de haberle pegado un visté al título, no cabe la menor dudad que tu desbordante imaginación voló a mil por hora y se te vino, al toque, una potente morenaza con 20 abriles encima, portando un último modelo del tipo 90-60-120; o bien que dicha frase era un simple juego de letras o anagrama para llamar tu atención; pero no, no es solamente un aparente juego de palabras, ni que este texto pretenda estar referido directamente al evolucionado y digno de ser llamado Homo Sapiens. Sin embargo, de alguna manera debe que estar en comunión con lo sapiens, con lo sapiente de dicho bicho, porque tal expresión corresponde a este promiscuo mono que pretende ser otro animal y, por esta sola razón, quisiera tomar tu rancia humanidad para propiciarte alguna forma de distracción, regocijo o simplemente el esbozo de una sonrisa para quitarte esa cara de pot… de potro reacio a la doma, con la que has amanecido esta mañana de miércoles.
-¡´Tonce… ¿a qué tanta cháchara?
-¡Calmantes, Montes; aunque tú eres Pérez! ¡Calmantes,
Pérez!
Resulta indudable a estas alturas
de la maldita pandemia (presumo que ella será aquel hecho trascendental que, en
lo sucesivo, marcará hitos, pero no solo señas, hechos, estigmas; sino, que más
deben parecer mojones y a montones; tanto así que seguramente será tomada como
referencia temporal, en cualquier conversa; es decir…
-¡Claro, peee… eso sucedió en plena pandemia, ¿nooo?
-Efectivamente, la sentida desaparición del Cofla, fue
a causa de su flaca llamada La Pandemia, porque se pegaba a todo el mundo…
-¡Sí, peee…! ¡Porque nunca se olvidará este período
2021-2022… lleno de miedo, muerte, desolación… y cuidado; que la maldita ahora
se viene por olas! Así que… no agites mucho las aguas…
Pero a pesar de esta maldita
peste, cuyo nacimiento se presume estuvo en la especial dieta china basada en
sus sabrosas brochetas de vampiros King
size, sumados a su afán desmedido de hacerlos conejitos chinos al cilindro,
invadiendo a los hijos de la GB o UK, EE.UU, Asia, Latinoamérica, África, no
parando hasta llegar a todos los rincones del infectado globo; más la muy
desgraciada prosigue con un entusiasmo reproductivo; tan activo que, al toque, parió
sus propias versiones: inglesa, africana, brasileira y la india; luego no sería
raro que pronto aparezca la versión chola con todas sus características:
sentimental, quejumbrosa hasta lastimera; pero, inmediatamente, a manera de
compensación innata, vital y desesperada, le pondrá más empeño a su maquinita de
fabricar wawas (y que conste, solo por necesidad existencial y perduración de
la especie).
-¡´Tonce, esto que practicamos
parados, a pie o en el asiento de atrás -a cada rato-, no es culpa nuestra…
simplemente se lo debemos a nuestros instintos de supervivencia, a la fuerza de
nuestros genes, a no querer desaparecer de este cochino mundo, pero que también
tiene sus ricas cochinaditas que bien vale la pena preservarlas, cuidarlas y mantenerlas
intactas; más aún, estando en pleno uso de nuestras inaguantables facultades…
reproductivas; aunque estemos permanentemente agujas o botados en plena lona,
pateando latas; tan solo… para no perder el ritmo.
¡Claro peee… nosotros los
perusolimitados; digo, perusolimitanos, solo disponemos, durante el día, de
todas las ganas que tiene un beato elevado a los altares por haber hecho votos
de abstinencia de trago y absoluta castidad, para permanecer todo el santo día
tranquilos (a pesar de todo), rezando y golpeándonos el pecho, como dignos fieles
acólitos por ser fervorosos católicos; incapaces de generar ni siquiera una
pizca de malos pensamientos… Pero por las noches, la cosa cambia y salen a
relucir nuestros instintos cavernarios, nuestros apetitos ancestrales por todo
aquello que se mueve rítmicamente (especialmente pantalones, faldas y
polleras), y no hay miramientos, diferencias o consideraciones con la ansiada y
rebuscada víctima; pero aclaro, por siaca, tan solo por ser un reclamo propio
de nuestras hormonas y los millones de resabios alojados en nuestro pobre organismo
y débil mente; tenemos que hacer gala de ser buenitos sapiens, un poco muy
pillos, pero los más capos entre los sapiens; entonces, nuestros pobre
instintos, full virus, chaparon la fórmula de sus colegas C-19, C-22 y C-34 y,
sin tener tiempo para pensarlo, hoy siguen chapando a diestra y siniestra;
sobre todo, a la siniestra y, por tal motivo, lo siguen y han jurado hacerlo
hasta el muere, llegando indefectiblemente a la meta, incluyendo temporalmente,
hasta la consumación de los siglos o la del portador sumamente entusiasmado al
estar cumpliendo buenos actos con sus semejantas, hambrientas de atención y
cuidado; tomando muy en cuenta nuestros altos preceptos morales y religiosos,
que hoy en día son practicados más que nunca.
-´Tonce, Choche de choches,
¿lo nuestro no es una falla de fábrica? ¿nooo…?
-¡Imposible! ¡eso sería
aceptar que tenemos limitaciones… porque el sapiens es sapiens y estamos haciendo
todo lo posible por ser el sapiens de sapiens en el menor tiempo posible (dadas
las circunstancias asesinas de la pandemia), y ya empezamos por modificar el
nombre de sapiens por el de chapens; luego, y como una lógica consecuencia
natural, espontánea y exigente le daremos fiel cumplimiento a tal nominación.
-´Tonce, ¡a chapar se dijo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario