lunes, 19 de julio de 2021

EL LOCO CASTILLO

 Dende shempre, himos llamau loco a tuito aquel semejante que n´uera tan sano como nosotros; el que ni siquiera guardaba aparenshas de un güen cristiano; puesto que se saliya de la manada y se portaba juera de los común; es dicir, el pobre era un tanto olvidau del Tatito Dios y era raro en tuito lo qu´iasiya; tamién habiya aquel otro tipo que decididamente le fallaba la torocma, le faltaba un tornillo o no estaba en sus cabales, Mas, tamién, valgan verdades, cuando cualquier criyatura del Señor cometiya algún acto que llamara la atenshón o se sallera algunas veces del redil, por ejemplo, un güen muchacho, pero por haberse macmau hasta las patas, se saliya de sus cabales, entonce… se convertiya en un loco.

-Güeno, ´tonce, ¿a que viene el cuento, su mercé?

-¡Calmantes, montes! ¡Rebellón en la lloclla! Aquí vamos… necesariamente tuito el mundo d´esta parte de Chullo, Las Tres Cequias, Tawaycany, la Calle Nueva y más abajo; quienes quisheramos yir pa´la recoba de l´Alantiquilla o pa´la ciudá, teníyamos que pasar por frente a su sastrería qu´estaba d´iajunto la Calle Grande (hoy Av. Zamácola), y muy bien me recuerdo, mientras habiya luz del sol, este artesano se veyía tranquilo, sentau en su banco, junto a la puerta con sus lentes puestos a media nariz y la infaltable aguja presta entre sus trejos dedos pa´coser los trajes de sus clientes, que n´ueran pocos.

Cualquiera podría pensar que por ser llamado “loco” tal vez en lugar de hacerte un terno, t´iariya un panatalón corto con un chaleco como saco; pero no. Tan conociu era el artesano, que se convirtió en tuita una referensha y tuito el mundo te deciya: -d´iande el loco Castillo, ahisito nomá, a la güelta de´lasquina, está tal Picanteriya del Arenal… la tienda de la Juana Paderes o la Calle Grande. Sí pueee… ¡era todo un personaje! Luego, al igual que yo, d´iaseguro, tuito el mundo que sabiya de su mote, no sabriya cómo explicarse… porque de loco no teniya nada!

-¿´Tonce, su mercé…? ¿A qué veniya eso de loco?

Alguna vez, yendo con mis primos pa´cachir alfalfa d´iuna tabladita cerca a la liña del tren, y´astabamos pa´amarrar la brazada, cuando uno de mis compinches, nos alvirtió, poñéndose un dedo sobre los labios:

-Shhh… n´uagan ruido… qu´iallí viene el Loco Castillo…

Y aquella inmensa figura pareciba un desconociu, puesto que aura estaba casi calato; solo trayía un calzoncillo por pantalón y una malla en la cabeza. Pasó cerquita de nosotros escuendidos. Estaba sudando a chorros y cada tranco veloz iba sobre un durmiente y proseguía su loca carrera.

Llegamos prontito a cada una de nuestras casas y no hicimos ningún comentario; sin embargo, algo quedaba en el jondo de mi mente: -¿Por eso es loco? Al momento, me cambié los caucachos, pues teniba qu´ir a la recoba. Y´astaba por llegar a su sastreriya y m´iacordé de esa madrugada. Iba pensando en lo  musculoso y juerte de su cuerpo, cundo, d´iadepronto, vi una figura humana metida en pleno torrente de la cequia. Era más o menos las seis y media de la mañana y jamás pude ver persona alguna bañarse en l´acequia, pues, d´iaseguro que le daba una pulmoniya de Padre y Señor miyo. ¡Si pueee… era el mismito Loco Castillo!

-¡Maestro Castillo, muy güenos diyas!

-¡Buenos días, hijo!

Y siguió con sus abluciones como quien estariya bañándose en un ojo d´iagua callente o por lo menos tibia… pero él, allí, estaba solo con su calzoncillo puesto y gozando de lo lindo en su baño matinal.

Años más tarde, tuve que recoger un terno de mi padre al que teniya qu´iacerle algunas modificashones y darle una planchadita, pues habiya un matri dentro de dos semanas y mi tata teniya que yir muy pije.

-Maestro, Castillo, güenos diyas… hi veniu pa´recoger el terno de mi tata… aquí está la plata…

-¿Vos sois… el hijo del Pancho… ¿nooo? ¡Si pues, yo te conozco… Tienes que esperar un ratito… solo falta planchar…

Tomó el saco, le colocó debajo su “alma” y luego chapó la plancha que tuaviya botaba humo y´empezó a planchar diestramente. Mientras tanto, no sabiya cómo ni qué decirle en ese momento. Solo le zampé una pregunta:

-Maestro… ¿por qué se baña tan temprano? ¿No l´iace mal?

-¡Nooo… hijito, ya es costumbre… Esto lo vengo haciendo desde veinte años atrás! Por eso es que me ves aquí bien parado, saludable y ejerciendo mi arte, la sastrería…

-Pero… también lo vide por el Pastal… corriendo por la liña del tren…

-¡Claro, primero una persona para ser sana, debe hacer mucho ejercicio o gimnasia, ¿lo sabes?

-¡No, nosotros no acostumbramos a hacer ejercicio tan temprano… solo jugamos fulbol…

-¡Por supuesto, hay que leer… leer mucho y bien; esa es la diferencia… conmigo!

-¿Y yo lo podriya hacer… lo mismo?

-Primero, debes empezar por leer… hacerlo correctamente, respetando puntos y comas… si pudieras en voz alta, para que tú mismo te escuches… así aprenderás más; luego, si gustas te puedo prestar mis libros… Pero, ya terminé el terno de tu padre, ¡llévalo y vuelve cuando quieras aprender d´iadeveras, como vosotros decís! ¡Ya sabes, hay que leer y leer bien!

Tanto s´iabiyan metiu en mí sus últimas palabras, que luego, luego, me dije: -¡Yo tamién voy a ser loco!

AREQUIPEÑISMOS: basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz

Alma: almohadilla o base de tela para poder planchar algunas partes de una prenda

Cachir: cortar alfalfa con las manos

D´iadeveras: en verdad

Liña: línea

Luego, luego: inmediatamente, al instante; al toque

Lloclla: torrentera, cause

Macmau: macmado, embriagado, borracho

Pije: bien vestido

Recoba: mercado, plaza,

Tabladita: terreno pequeño; chacra de poca extensión; sembrío corto

Torocma: cabeza, mente

Trejo: diestro, muy capaz; que domina el arte u oficio

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