A pesar de todo lo maldito que hoy nos viene azotando el mortal COVID y que hoy está enterrando el triple de incrédulos tik-tokers, a fin de convencerlos definitivamente hasta meterlos en el otro mundo. Hace un tanto, se acaba de realizar el CES, la mayor feria de electrónica de consumo del mundo, entre el 11 y 14 de enero en Las Vegas, USA. Donde destacaron: el diagnóstico de la salud digitalizada, en pro mejorar la atención médica; estando hoy en Cuidados Intensivos y a un pasito de recibir los santos óleos. Asimismo, mostraron el uso de wearables para monitorizar la vida misma. De otro lado, se ha podido apreciar grandes avances del 5G en los televisores con tecnología 8K, transparentes y con pantallas OLED. Y lo más interesante, aparecieron diversos prototipos humanoides animados y con súper inteligencia artificial. Sin duda, todo esto, en busca de hallar un Nostradamus para predecir la aparición del Alzheimer; tal vez de crear un loco invento para reírse de la esquizofrenia o también el poder aplicar un veloz e inolvidable scaner capaz de recordarle al Parkinson que fue una cosa del pasado. Toda esta tecnología se presentó con un fuerte aroma a ser los business del siglo; ya sea a través de la domótica o el futuro del transporte... y del ocio… ¡Cuándo nooo!
-¿Y a qué viene tanto fufurufu,
chefff?
-¡Aquí viene la cosa!
Resulta que… por efectos de este
nuevo aumento del celibato obligatorio, este, tu choche, seguía completamente
aguantado… en mi casita; mejor digo, recluido en mi monasterio, pero…hasta las
wes; sin salir más de un año. Con mi celu en retirada, porque está tan bien guardado,
que hoy no encuentro ni su carcaza por más que lo he llamado hasta por mi
nombre por todo el purgatorio y, lo peor, ´toy sin verla… siquiera en el
periódico (no compro), ni en la TV o en una miserable…foto. Desesperado, y a
punto de romper mis cánones más sacros, tuve que recurrir a mi choche de toda
la vidú, el Chino Albetito; quien también era toda una fiera en el arte
camatorio. Con su ayuda, lograría contactar con mi primo; porque hasta el
momento, no permiten acercarme a ninguna de mis primas. (Solo por temor al
contagio, aclaro). Por fin, por su intermedio, pude ubicarlo al otro Chino de
miércoles y le pedí una solución para mis contenidos embates:
-Primito, tengo una súper urgencia…
Necesito tu celu y el número del Chino… el Mexicano, pueee… el chino Albetito, natural
de Chichimecas y Culiacán… ¡Gracias!
A la media hora, un taxi llamaba a la
puerta y me traía por delibery el encargo. Más feliz que una lombriz, de
emoción, me vino otro levantamiento general… de ánimo y llamé:
-¡Oye, Flaco! -Me dijo-. Solo te
queda conseguir una cita online… y chau, a tus levantamientos repentinos, a tus
abundantes ciénagas nocturnas, en las cuales, te pegas unos largos estilo pecho
o espalda de la p.m. Así como el terminar con los cambios de colchón por tenerlos
como colador… -Una cita por videollamada, Flaco y… vas a quedar como un feliz
chisguete de Kolinos exprimido; pero, por sobre todo, sin esos locos arranques
de persecución a todo aquello que lleva faldas; porque hoy en día, hasta el
cura Benedicto, te tiene miedo…
-¿Y cómo le hago a la vaina? Tú, bien
sabes… soy muy tímido para efectuar ese tipo de llamadas… peor, ahora que, con
la pandemia y la nueva cuarentena, recién están saliendo del closet… los mañucos,
los violines y los pornos… Creo, además, que en estos trece meses y pico
-aparte de mi celu-, he perdido mi tranquilidad, paciencia y sosiego; y por lo
mismo, ´toy mismo monje loco; mismo Rasputín, con la libido que se manda por su
cuenta y ni las duchas frías, que inicialmente fueron una bendición en las
primeras semanas; hoy, la muy pendenciera se cag… de la risa en las heladas
abluciones, los tranquilizantes y somníferos empleados. Al punto que después de
haberme empujado medio frasco de diazepames, media docena de Unisom Sleep, más
tres litros de valeriana; desde ayer, a las 3 a.m. me levanto todo yo, y no
solo voy a buscar a mis vecinas del edificio a esas horas; sino, que les pido
que me dejen entrar porque he conseguido un remedio casero para acabar con el
COVID y la soledad…
-¡No te preocupes, Flaco… que yo
tengo mi aparato…!
-¡Oye, won, hijo de la guayaba! Lo
del closet solo ha sido una figura… una metáfora… una…
-¡Sí! ¡Ya lo sé, wevas! Digo que yo
poseo celular, ¡bestia!, celular… Y yoni, voy a llamar a mis chicocas, hasta
que una de ellas caiga… Aunque a estas alturas del partido… deben estar
cobrando por minuto…
-¡Chino, solo que tengo otro pequeño
problem… ¡No tengo jato disponible! ¡Aquí, solo hay mujeres y ocupo el
dormitorio con mi viejo… ´Toy piña!
-¡Aquí… para eso está tu choche! Ya
tengo la solución… Una dama-robot; la puedes programar como tú desees… Ella
solo cumple tus órdenes… y lo mejor, te conversa como una novia atenta, fiel y
cumplidora; además, si gustas, la callas completamente… pero te hace de todo…
-¡Ok! Ahorita mismo me tiro la
tarjeta de crédito de mi viejo y hago la transacción… Dame la dirección… ¿Y cuánto
demora en llegar el pedido?
-De diez a quince días…
-¡No sé si aguante este tercer ayuno!
Aunque creo que llegó mi solución: acaba de llegar una primota A-1 de las Europas…
¡Que viva la familia!
(Continuará)
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