jueves, 31 de diciembre de 2020

RECUPERACIÓN ECONÓMICA INMEDIATA

 Según aseveraciones de los pocos estudiosos que quedan aquí, en Perusalem; es decir, los pocos que afirman por su santa madrecita que son capaces de leer un par de párrafos al día y lo más increíble, ser capaces de entenderlos; sin embargo, resulta otra parajoda que para aplacar los desmedidos hambres producidos por la maldita pendemia, cada vez que cae de casualidad un libro, volumen, tomo o toda una enciclopedia, en lugar de devorar línea por línea hasta concluir íntegramente todo su texto, prefieren mandarse las tapas de los libros (mejor si son de cuero), pa´ disimular su inanición mental; pero, ates que nada para no seguir desfalleciendo de a pocos por meterle algo a nuestro reseco buche; pues al jurar por todos los cielos que nuestra real situación económica está jodida que la compra de las vacunas; y no solo ello, sino que está hasta su poto. Y no un poto cualquiera, sino, un poto extrafino, puro hueso y desconfiado… como el poto de Robocop, que deja toda la pulpa en casa y precisa de un esforzado estilacho sacado desde el fondo del sacro para moverlo con gran esfuerzo; además de muchos rezos pa´que se note que realmente es un poto.

Sin embargo, según comentan las malas lenguas, esta maldita situación económica, social, política, educacional y chancatoria, es peor que la aguantada en la posguerra habida con los rotos de abajo; la misma que también llegó a nivel Biafra con el cachaco Odría, con el viejo Prado, con el pasivo Belaúnde, con el fogoso Chino Velazco, con el otro chino Fuckingmore o peor, con el Megalodonte de la estrella. Es decir, simple y llanamente estamos recontra agujas, pero hasta el cubo… digámoslo, con más propiedad… ¡hasta el poto, pero elevado al cu…bo!

Pero, como no hay mal que dure 200 años, gracias a San Martincito del Covi, la Mazzettii y el hoy San Alonso Quijano de Uchumayo, siguen confundiendo a estas privilegiadas mentes que solo quieren pensar en comer, pero los discursos no llenan buches, ni las mentiras duran toda la vida. Mas este santo populorum de Perusalem, ampliamente conocido a través de su brillante historia por haber sido: humilde, honrado y sacrificado; ahora se ha puesto a trabajar con tanto ahínco y entusiasmo que ha cambiado; sino, veamos:

-¡Caserito, ¿sus huevos?

-¡Bien, gracias; toditos  completos, sanos y grandotes… por siaca…

-No, digo, sus huevos de gallina… ¿cuánto cuestan?

-¡Cincuenta solcitos la docena! Es que los míos… son orgánicos y sus padres son unos avestruces… ¿no ve? ¡Sí, son unos huevones!

-Comadre, Ratilda, ¿a cómo está su pescado?

-¡A 120 solcitos la pieza!

-¿Cómo? Si esto me parece un robo completo, comadrita…

-¡Yo solo hago caso al cartelito! Ahí dice: ¡Róbalo!

-¡Comadrita! Que no es para tanto… ¡Qué barbaridad! Ahora el pescado está por las nubes, ¿nooo?

-Pero, Comita linda… ¡Cómo no va estar a ese precio… si los pagos del último trailer refrigerado que hemos adquirido, no los quieren prorratear… y los intereses nos comen… así que los otros tres tendremos que venderlos… pues necesitamos platita pa´amortizar nuestras tres nuevas carretas…los dos taxis y tres mototax…

-Doña Edu, pero…¿qué es esto? Este pan está recontra calentado… Creo que es de la semana pasada… hasta el color… ¡Estos están tal cuales unas piedras!

-¿Cómo va ser…? Si me lo han traído recién ayer por la tarde… ¿No es cierto, hijita?

-¡No, mamita, ese es del lunes pasado… el de ayer está en otras bolsas…

-¡Hola, don Manuco! ¿Cómo están sus paltas?

-¡Bien gracias! ¡Orgánicas y parecen pura mantequilla!

-¿Cómo están de precio, don Manuquito?

-Baratitas, como siempre… a 15 soles!

-¿El kilo?

-¿Usted cree que me las he robado? ¡Cada una! ¿No le he dicho que son orgánicas?

-Pero si yo lo he visto traerlas en un costal…

-¡Ahora vienen así!

Solo, triste y acongojado, cogí mi bolsita vacía y me fui directamente a la feria de las verduras en la seguridad de encontrar unos precios más económicos que me permitiesen compensar la falta de hortalizas para poder preparar algunas ensaladas y esto fue lo que encontré:

-Buenos días, doña Racacha, ¿cómo le baila su zapallo? Parece que está dulce como la miel, ¿nooo?

-¡Deje usted de joder, don Beno! Que no estoy pa´bromas esta mañana…

-¿Qué mosco le ha picado, doñita? Seguro que el muy sapo debe ser recontra venenoso ¿nooo?

-¿Acaso hay necesidad de hacer público lo nuestro? Solapa nomás, que mi zapallo está más rico que nunca; pero… ¿quién diablos quiere saber que somos ricos?

-¡Entoncesss…, como siempre, me separas una rajita!

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