lunes, 14 de septiembre de 2020

NOS VEMOS MÁS TARDE…

Aquel fue un sábado inusual, pleno de gran expectativa, pues durante toda la semana había sido la comidilla devota de todo el barrio, asumiéndola jubilosa y esperada desde el jarro repleto de deliciosa leche aún quemante en la boca pero que sabía a gloria; y mucho mejor mezclada con el maíz tostado o con los panes de tres puntas y su gran trozo de queso fresco. No solo era el buen ánimo despertado entre las tías, abuelas y demás feligreses; quienes, semejando unas recogidas beatas de iglesia, nos sentíamos listos a festejar un fervoroso cumpleaños un tanto lejano e impersonal, pero repleto de coloridos y retumbantes festejos, con muchos cohetes, interminables troyas; y como número central, participar en la pequeña procesión que abarcaba unas cuantas calles, pero la devoción manifiesta rompía todos los cánones del diario devenir.

-¡Hola, Gatita, ¿dia´seguro que mañana estarís en la fiesta… ¿nooo?!

-¿Cuál fiesta?

-¡No t´iagáis…! ¡Claro, la del Corazón de Jesús, pueee…! ¿Cuál otra podriya ser, sonsa?

-¿Sonsa? ¡Tu mama…dera! ¡Claro que sí! El sonso eres tú… porque, ¿qué otra fiesta hay en este mes? A no ser que sea mi cumpleaños y ya tengas listo mi regalo ¿nooo?

-¡Sí, claro! No te preocupís… que aquí lo tengo, bien guardau en mis talegas…

-¡Dejémonos de sonseras… Y vamos a la fiesta…

-¡Ya sabiya que allí m´esperaríyas, Minina! Pero… ¿esta noche? ¿Vais a salir pa´ las canchaladas? Necesito verte… Tengo mucho rescoldo asumagau aquí dentro…

-Bueno… si me dejan salir… Como es tarde de la noche… No creo que me den permiso…

-¡Convéncela a tu hermana… pa´que t´iacompañe! ¡No m´iagais acolpachar esperanzas! En un rato, diaseguro ya´stán llegando esas tropillas de llamas y burros catatando el Kapo.

-No te aseguro, Benito, pero voy a hacer todo lo posible para vernos en la quema de kapo.

No bien la vide alejándose, camino a su casa, allí me quedaba rezando a tuitos los santos de mi devoshón, pa´que seya posible verme reflejau en esos inmensos ojos verdes que m´estaban capujando d´iun capirote tuita mi vida. Y trote, trote, me jui a mi racay pa´cumplir con los mandados. Como nunca los hice bien y´enún santiamén; luego me bañé en el acequión, detrás de mi huerta y me puse futre.

-¿P´ande va yir su mercé? ¿Y a quién l´iapediu permiso pa´ponerse el poncho de su tata?

-¡Quiero yir a las canchaladas d´esta noche, mamitay! ¡Y´ice tuitas mis tareyas, peee…!

-¿Creís que no te´stau catiando dende qui´as veniu de la calle? ¡Yo ya´stoy de regreso, m´ijo!

-¡Entonce… deme su permiso, mamitay!

-¡Güeno! Pero vais a yir con tus hermanos! Tuaviya necesitas que te peguen una ojiada…

La espera se me hizo todo un diya y mi hermana jue la que más se demoró. Apenas me vieron, soltaron la risa y ambos me dijeron:

-¿Vais hacer la Primera Comuñón? ¡Qué pije t´ias puesto! Algo se traye este coro entre manos.

Llegamos a la parte más ancha de la calle y ya estaban apilados los montones de kapo, para dar inicio a las tradicionales “Entradas de Kapo” señal ineludible que los festejos de aquella ceremonia religiosa se daba inicio. Pronto esta yerba seca ardió en grandes llamaradas y todos los asistentes eran reflejados en grandes sombras que se movían incesantemente en las paredes. En un descuido, pude verla bien abrigadita y más hermosa que nunca. Me jui acercando paso a paso para que nadies lo notara. Conforme me aproximaba, solo sentía el calor de su mirada y el color de sus mejillas que parecían sonrojarla, resaltando aún más sus largas pestañas y el increíble verde de su mirada.

-Hola, Benito, -dijo su hermana. –¿No sabes saludar? ¡Margarita, saluda, pues!

Y el calor de las grandes llamas pareció avivar el fuego y ese vivo resplandor hizo que mi gata se encendiera, poniéndola más rosadita, más linda.

-¡Hola, Beno! ¿Viniste, nooo?

-¡No! todavía estoy en mi casa…

Y´un juerte pellizco m´izo ver a Judas… Y la vide más coloradita.

Permanecí en el sitio, sin mover n´iuna pestaña; como si juese de puro fierro. Traté de huaspiarla y sonreír, pero otro pellizcón más juerte me sacudió el brazo. Me hice el juerte y simulé arreglarme el poncho y aproveché p´arrejuntarme a su lau. Pasau un güen rato, vide que l´asaguas se calmaron y traté de tantiar su mano.

Nunca hi güelto a sentirme tan dichoso y con tantito amor.

AREQUIPEÑISMOS: basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz

Acolpachar: guardar, juntar,

Asumagau: detenido; retenido, contenido

Canchaladas: quema de kapo o de otras yerbas secas en la noche previa a una fiesta; fogata

Capo o Kapo: yerba silvestre que se usa como combustible

Capitore: dar un pequeño golpe con los dedos pulgar y medio, chaqueándolos

Capujar: quitar

Catatar: llevar, arrastrar

Futre: distinguido, refinado

Gatita: que tiene los ojos claros

Huaspiarla: atisbarla, mirarla de reojo

Lau: lado

Ojiadita: miradita; observada

Pije: cambiado, elegante

Tantiar: calcular, aproximar

Vide: por ver; vi

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario