-Hablando de… pandemias… chocherita…
¿Qué hay de tu pandemia favorita?
-¿Pandemias? ¡Pen…demias,
dirás choche! Y de las muchas; ya que no
solo hay una, sino, una infinidad de ellas; llegadas o mandadas en forma de
cutras bien solapas y que para cometerlas, muchos hijos de la guayaba, emplearon,
utilizaron o todavía se sirven de supuestas malas órdenes de arriba o de oscuros
y frágiles memorandos, tapados con las típicas argucias legales sacadas de la
milagrosa manga de ”aquí no pasó nada” y pasan a la historia metidas en el interminable
costal de inocentes pendejadas, puesto que de antemano cuentan con la oportuna
leguleyada de sus compinches y…, para decirlo más claro que un choche albino en
reunión de azulitos: seguimos en la misma wada.
Sin embargo, creo, habría
que agradecer algo a esta pendemia del nuevo choronavirus que, valgan verdades,
nos ha cogido una vez más con los pantalones en los tobillos, dejando al aire
un huevo de huevos: un huevo de pésima organización, un huevo de desidia, un
huevo de hueveo; así como otros grandes huevos por falta de responsabilidad,
veracidad y honradez; pero lo peor, mostrando a tutti li mundi, nuestra porca
miseria: manos y mente manchadas de cochinada a gran escala; y lo peor,
rebalsando suma indiferencia y total ausencia de respeto al uniforme que se
lleva y demostrando desprecio por la vida de su propia gente, aún en plena expansión
de esta peste venida con guadaña en mano y con visos de exterminación…
-Bueno, Y, aparte de lo ya sabido, ¿cuál es la
novedad, mi Sargento Canuto?
-¡Nessuna, mio caro
Pendeivis! ¡Povere mio popolo! Pues… el coronavirus evolucionó a coronavirus en
contados segundos, gracias a las bondades del fértil terreno encontrado con
mucha anticipación, por la increíble multiplicidad de especialistas encontrados
“por casualidad”; pero especialmente, debido a las mañas desarrolladas en sus excepcionales
representantes. Todo lo cual ha hecho que, en reciente concurso universal de
choripanes, estemos disputando la medalla de oro al lado de Rumanía y
Bangladech; lugares donde los guantes de papel higiénico han sido facturados a
$20 c/u; las mascarillas de fino yute impermeable y sin marca, a $40; y los
mandiles con huecos, importados de la Cachina, Perú, a $100; mientras que para pelear
por una botella de oxígeno no alcanzaba todo su presupuesto nacional de tres
años… (parece que también plagiaron los montos y cotizaciones de los proveedores
nuestros).
-Bueno, cheff, ¿acaso no
fueron compras hechas de emergencia? ¡Tenían que pagar el precio del mercado en
ese momento, o nooo?
-¡Pero si ya se sabía de tales
compras con un mes de anticipación, o nooo?
-Pero ellos recibieron las
órdenes un día antes… entonces… ¿Qué más podían hacer?
-¿Y en cuanto a los
proveedores del material sanitario?
-Buenooo… eso es otra cosa…
-¿Y sobre su grado de
afinidad, parentesco y amarres tenidos con los compradores?
-¡Cualquiera
puede tener un hermano, primo o una rica y novel proveedora de ese material tan
requerido en esos momentos, ¿nooo?! Simple y purita casualidad…
-Ok, ok, ok… Suponiendo que
fue por un motivo de urgente necesidad; pero en cuanto a la calidad del alcohol
y del oxígeno… ¿cómo puede ser posible que no hayan tenido consideración alguna
con el personal a su cargo?… Con decirte que esos 200 000 Lts. de alcohol en
gel -según la factura-, eran tan gaseoso que solo en el momento de la
inspección, quedaban cajas y cajas llenas y lacradas pero… con los rociadores
vacíos; los nuevos botellones repletos de oxígeno… solo duraban 10 minutos y
los respiradores parecían sellados y completitos, pero, por cosas “de la
aduana”, les faltaban tan solo una pieza para funcionar… y que pronto llegaría.
Pero, cosa admirable, su chequeo previo, aparecía escrito un gigante “Todo OK”.
-Sin embargo, sostengo que se
está cumpliendo con los protocolos… ¿No es cierto acaso que, diariamente, el
Comité Cobid-19 expresa la siguiente cantaleta: “Estamos en un ensayo y error
permanente y si algo yerra, al día siguiente se mejora y cambia”.
-Entonces, mi querido San
Martincito II, ¿son simples errores que mañana van a ser superados y van a
cambiar las cochinadas denunciadas?
-¡Ahhh… bueno… Seguro que lo
harán mañana… Será el Ensayo
-¡Y mañana que lo hacen! Será
el error.
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