Y hablando de milagritos… sin
lugar a dudas que este primer ajustón a forro, expedido por nuestro actual
Martín que, al igual que su santo homónimo, quien solía distraerse haciendo
milagros para juntar al perro, pericote y gato: (sin alusiones: FP, APRA, AP
más los zurdos del ala siniestra); el santo D.S. ya está puesto en piloto
automático apuntando hacia el sector más sensible y promiscuo de nuestra
realidad: la chibolada, que todavía sigue embebida hasta las patas y alucinada
soñando tener un mañana mágico, capaz de convertirlos, de la noche a la mañana,
en prósperos obreros, excelentes profesionales y honrados padres de familia;
sin embargo, con esta olímpica chalaquita (siguiendo la fiebre del mundial) la
está condenando a vivir la misma mermelada del presente: trago, drogas, sexo y
abandono = pobreza, desigualdad social, embarazos no deseados; desgobierno,
inseguridad, violencia; robo, asalto, muerte y caos institucional; es decir, se
sigue haciendo el jueguito para cuidar muchos intereses particulares .
-Pero, Inge, ¿acaso todos
nosotros estamos metidos en esa mermelada?
-¡No! ¡Imposible, Choche! Solamente en asaltos, robos, secuestros;
sicariato, violaciones y el mayor centro delibery de encomiendas frías a San
Peter en cada segundo transcurrido… y esto, tomando únicamente lo propalado a
cuatro voces por los noticieros carroñeros mañaneros… porque debajo de la gran
alfombra nacional se esconde una gigantesca embarrada en millones de millones…
¡y no pasa nada!
¿Qué está sucediendo? Indudablemente
que al dar un simple vistazo a la realidad circundante solo se puede apreciar que
flota una ingente podredumbre: ligereza, indiferencia y confusión; donde todo
el mundo corre apresurado, preocupado y desesperado… como queriendo hallar esa
puerta o ventana mágica que lo lleve tranquilo, sano y seguro a su destino; sin
embargo, en nuestras selvas de cemento y aquellas de adobe inclusive, los
infantes y los niños son llevados a empellones… para que aprendan a abrirse paso por esa
maraña de veredas atestadas de común informalidad; a empujar sobre miles de
cuerpos sudorosos y doblar, indolentes, esas esquinas malolientes; asimismo,
lidiar cuerpo a cuerpo con carros que te arrastran, mototaxis que atropellan y
cústers que matan… ¿Y luego hablar de futuro?
-¡Of course, Inge; el futuro es
el futuro… bueno o malo, allí estará; por supuesto!
-¡Claro que sí; pero, dime Causa, el futuro como tal, como porvenir,
como algo bueno que nos pueda asegurar mejores condiciones de vida… o por lo
menos, el poder disponer de cierto margen de estabilidad en lo que hagamos… En
lo que será el país para los hijos y los nietos… ¿Capisci?
Hoy, toda la joven masa (masa porque
no piensa), camina sin rumbo fijo; camina por la calle cabizbaja y dueña
absoluta del sendero errado, no por sus hondas preocupaciones metafísicas de su
presente inmediato (familia, estudios, obligaciones); nooo… Está con todo su
ser doblado tras el bendito celu: que lo trastoca en toda una lorna pescada por
las redes sociales. Peor, si logras subir a una unidad de servicio público: los
jóvenes in…dolentes están sentados cómodamente y con las piernas abiertas (al
margen de su sexo), pero con celular en mano; en casa dejaron lo que es
cortesía, atención o educación; ya sea estudiante de secundaria o el
universitario, baja la capucha de su polera hasta tapar el aparatito (el dato
es top secret) y todo lo que ocurre a su alrededor le llega al rábano… Se
levanta del asiento, atropella; pisa y pasa por encima de todos: muda expresión
en la que también estamos entrando los de la segunda, tercera y cuarta promoción.
-¿Y vos, ¿cómo podés morfar el
futuro, Che?
-¡Pero… Decime, che pibe ¿No nos están metiendo en un quilombo bárbaro,
che…?!
Tal vez serán los potros de
bárbaros atilas… Nooo, tal vez será que estamos viviendo ese período de 25 o 30
años de este nuevo siglo, que los futurólogos (Negroponte, Fiódorovich,
Khaltourina, Kurzwieil), lo han previsto como “de preparación, crisis o
conflictos” para luego pasar a otra era o época de mayor convivencia humana, de
paz, tranquilidad… de espiritualidad.
-¡Así lo espero! Mientras tanto,
Inge…
-Choche, al toque Roque, tendremos que comprarnos una bicla… o esperar
sentados al filo de una vereda para coger una movilidad y hallar algún asiento
disponible… porque eso de la educación… ¿con qué se come, batería? Creo que lo
más adecuado en el momento sería comprarnos un celular Magnum XPlus, Plus, y a
las cinco de la mañana, ponernos a chatear con la vecina de asiento… no importa
que demos, sentados, unas veinte vueltas. ¡Total, estamos sentaditos, en
silencio, pero conversando de lo más bestial con la vecina de lado!
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