viernes, 25 de mayo de 2018

¿FUTURO ASEGURADO?



Y hablando de milagritos… sin lugar a dudas que este primer ajustón a forro, expedido por nuestro actual Martín que, al igual que su santo homónimo, quien solía distraerse haciendo milagros para juntar al perro, pericote y gato: (sin alusiones: FP, APRA, AP más los zurdos del ala siniestra); el santo D.S. ya está puesto en piloto automático apuntando hacia el sector más sensible y promiscuo de nuestra realidad: la chibolada, que todavía sigue embebida hasta las patas y alucinada soñando tener un mañana mágico, capaz de convertirlos, de la noche a la mañana, en prósperos obreros, excelentes profesionales y honrados padres de familia; sin embargo, con esta olímpica chalaquita (siguiendo la fiebre del mundial) la está condenando a vivir la misma mermelada del presente: trago, drogas, sexo y abandono = pobreza, desigualdad social, embarazos no deseados; desgobierno, inseguridad, violencia; robo, asalto, muerte y caos institucional; es decir, se sigue haciendo el jueguito para cuidar muchos intereses particulares .
-Pero, Inge, ¿acaso todos nosotros estamos metidos en esa mermelada?
-¡No! ¡Imposible, Choche! Solamente en asaltos, robos, secuestros; sicariato, violaciones y el mayor centro delibery de encomiendas frías a San Peter en cada segundo transcurrido… y esto, tomando únicamente lo propalado a cuatro voces por los noticieros carroñeros mañaneros… porque debajo de la gran alfombra nacional se esconde una gigantesca embarrada en millones de millones… ¡y no pasa nada!
¿Qué está sucediendo? Indudablemente que al dar un simple vistazo a la realidad circundante solo se puede apreciar que flota una ingente podredumbre: ligereza, indiferencia y confusión; donde todo el mundo corre apresurado, preocupado y desesperado… como queriendo hallar esa puerta o ventana mágica que lo lleve tranquilo, sano y seguro a su destino; sin embargo, en nuestras selvas de cemento y aquellas de adobe inclusive, los infantes y los niños son llevados a empellones…  para que aprendan a abrirse paso por esa maraña de veredas atestadas de común informalidad; a empujar sobre miles de cuerpos sudorosos y doblar, indolentes, esas esquinas malolientes; asimismo, lidiar cuerpo a cuerpo con carros que te arrastran, mototaxis que atropellan y cústers que matan… ¿Y luego hablar de futuro?
-¡Of course, Inge; el futuro es el futuro… bueno o malo, allí estará; por supuesto!
-¡Claro que sí; pero, dime Causa, el futuro como tal, como porvenir, como algo bueno que nos pueda asegurar mejores condiciones de vida… o por lo menos, el poder disponer de cierto margen de estabilidad en lo que hagamos… En lo que será el país para los hijos y los nietos… ¿Capisci?
Hoy, toda la joven masa (masa porque no piensa), camina sin rumbo fijo; camina por la calle cabizbaja y dueña absoluta del sendero errado, no por sus hondas preocupaciones metafísicas de su presente inmediato (familia, estudios, obligaciones); nooo… Está con todo su ser doblado tras el bendito celu: que lo trastoca en toda una lorna pescada por las redes sociales. Peor, si logras subir a una unidad de servicio público: los jóvenes in…dolentes están sentados cómodamente y con las piernas abiertas (al margen de su sexo), pero con celular en mano; en casa dejaron lo que es cortesía, atención o educación; ya sea estudiante de secundaria o el universitario, baja la capucha de su polera hasta tapar el aparatito (el dato es top secret) y todo lo que ocurre a su alrededor le llega al rábano… Se levanta del asiento, atropella; pisa y pasa por encima de todos: muda expresión en la que también estamos entrando los de la segunda, tercera y cuarta promoción.
-¿Y vos, ¿cómo podés morfar el futuro, Che?  
-¡Pero… Decime, che pibe ¿No nos están metiendo en un quilombo bárbaro, che…?!
Tal vez serán los potros de bárbaros atilas… Nooo, tal vez será que estamos viviendo ese período de 25 o 30 años de este nuevo siglo, que los futurólogos (Negroponte, Fiódorovich, Khaltourina, Kurzwieil), lo han previsto como “de preparación, crisis o conflictos” para luego pasar a otra era o época de mayor convivencia humana, de paz, tranquilidad… de espiritualidad.
-¡Así lo espero! Mientras tanto, Inge…
-Choche, al toque Roque, tendremos que comprarnos una bicla… o esperar sentados al filo de una vereda para coger una movilidad y hallar algún asiento disponible… porque eso de la educación… ¿con qué se come, batería? Creo que lo más adecuado en el momento sería comprarnos un celular Magnum XPlus, Plus, y a las cinco de la mañana, ponernos a chatear con la vecina de asiento… no importa que demos, sentados, unas veinte vueltas. ¡Total, estamos sentaditos, en silencio, pero conversando de lo más bestial con la vecina de lado!




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