jueves, 3 de agosto de 2017

TÚ… Y TUS BENDITAS HORMONAS

Esta vez el pobre flaco, realmente estaba más ´angostinelli´ que nunca y hasta su chaplín de “Viento” resultaba sobrante dada la enclenque figura que llevaba a cuestas su esmirriada percha; además su 1.80cm lo hacía ver como un triste espectro que apenas se arrastraba empujado por la brisa que, muy débil asomaba de rato en rato por las largas y escuetas callejuelas del barrio. Regresaba cabizbajo, con las manos metidas en los vacíos bolsillos, después de haber concurrido por décima vez al sanatorio; donde pacientemente esperaba día tras día encontrar alguna cura que le devuelva el vigor de años pasados; pero, por sobre todo, el jale que tenía con las hembriches, donde resultaba todo un “Hombre Araña” y no tanto por trepador o su cuerpo bien trabajado, si no, por la efectividad de sus chapes y el cumplimiento a forro de sus faenas, que lo habían hecho tan famoso y buscado por las falditas (de todo tipo, tamaño y edad) y que, al mismo tiempo, despertaba la envidia de todos nosotros, sus causas, sus choches.

-Y Viento, ¿Qué te han recetado los médicos esta vez? Porque ¿te han visto, nooo?
-El médico deportólogo me ha recomendado hacer transferencia a Psiquiatría, gastro, neuro, angio, endocrino, hemato, nutrio y todas las malditas gías… que ya ni me las acuerdo todas.
-¿En ese orden? Porque… de repente… me muerdes y ¡no estoy vacunado, cuñau!
-¡No jodas! En verdad que estoy hecho una reverenda mermelada… por tanto subir y montar, subir y montar… pero con las plaquetas que me metieron el año pasado creí recuperarme un poco y pude volver a la carga y solo me soplaba un parcito…
-¿De chapes?
-¡No, como las comidas: dos en la mañana, dos en el medio día y dos en la noche; pero cuando…
-¡Oye, won! ¿Y no pensaste en la recaída?
-¡Sí, pues, volví a estar peor, como un desfalleciente perro flaco y tuvieron que colocarme tres sesiones de plaquetas, con una dieta súper especial… muy cargada con nutrientes, golpes vitamínicos y mucha verdura. Me recuperé nuevamente… y nuevamente volví a la carga… y esta vez sí fue la cag... No pude levantarme de la cama. Me internaron y me colocaron cinco sesiones más con ozonoterapia, no sé por qué, pero allí estuvo postrado este remedo de hombre y… choche, espera a que tome asien, to, que ya no me queda ni aliento para seguir con la charla.
-Bueno, Viento, choche mío; ¿qué vas a hacer, a dónde vas, qué necesitas…
-Tengo una última opción, el médico, que ya se hizo mi choche, dice que tiene la solución en sus manos… pero está en proceso experimental…
-¿Y en qué consiste?
-¡Hormonas!... Colocación de testosterona en baldes –dada mi situación de absoluta carencia- y además necesito un urgente trasplante….
-¿Trasplante de qué, Vientito? No me vas a decir de…
-Sí, lo has adivinado. ¡Necesito cambiar por otras glándulas sexuales o… huevos!
-¿De gallina o de paloma? Por el porte, digo…
-De chancho, mono o de un donador amigo. ¡Lo cierto es que lo necesito ahora mismo!… ya sea de perro o de caballo… aunque… de un buen burro…no me vendría mal. Solo que hasta la fecha no han encontrado solución para la etapa final de la prueba: pues, si es verdad, recuperas totalmente tu virilidad, que vuelves a tener mucha fuerza muscular, que adquieres gran lucidez y ganas de vivir; solo que finalmente, después de un año, estás pidiendo a gritos que te coloquen progesterona por litros; ya que tus feromonas están atrayendo machos a dos cuadras de distancia… será para conseguir el equilibrio corporal ¿nooo?

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