miércoles, 10 de mayo de 2017

EL PARTIDO FUE UN ROBO


Cualquiera hubiese pensado que este singular campeonato entre empleados públicos sería uno más de tantos; pero no. Este tenía unas condiciones especiales porque desde su inicio “acordaron a sangre y fuego” hacer algo diferente; es decir, esforzarse para tratar de trabajar… alguna vez, ya que resultaba
muy conocida su estrategia: puro amague, un dribling endemoniado y cabeceo al por mayor.
En efecto, y por rara coincidencia, el primer encuentro había sido ´programado´ entre “Los Invictos del INPE” (quedaban muy pocos) y sus colegas “Los Innombrables de la SUNAT”. El arbitraje estaría a cargo del Colegio de Abogados creyendo que con ello estaría garantizada la limpieza e imparcialidad del encuentro. Jueces de línea: Colegio de Contadores y Colegio de Administradores; ¡para qué más! Con ello se aseguraba que el campeonato quedaría en manos o los pies de los más pillos del sector.
Por lo comentarios en las tribunas se sabía que mientras el INPE tenía una defensa integrada por dos celadores de 1.80m de alto por 2 de ancho, propiciaban ataques inopinados francamente demoledores, pues eran expertos en robar y luego esconder la pelota en su campo todo el tiempo. Sus escapadas eran cosa de locos, gracias al apoyo incondicional de su medio campo compuesto por los llamados fiscales de turno; mientras que, por el otro lado, sus colegas de la SUNAT finamente uniformados (con la merca incautada), eran especialistas en el cobro de faltas, inventar quejas, denunciar solo a los equipos más misios y propiciar remates desde fuera del área legal; sin embargo, sus delanteros eran expertos en disparar y fusilar a cualquier cosa que se moviese o tuviese pretensiones de hacer su propio negocio dentro o fuera del campo.
El encuentro se iba tornando en una franca lucha de ida y vuelta, pues se disputaba entre sabandijas del mismo gremio, hasta que el superintendente de la SURAT, rojo de ira, quitó al DT de un plumazo y asumió algo por primera vez: cambió a los tíos de su medio campo, que más parecían dos pesados tanques de la Primea Guerra Mundial, por dos jóvenes jefes, uno de la Unidad de Control y el otro de los Cobros Judiciales y transformó al equipo; además propuso a sus delanteros un incentivo que nunca le fallaba: traslado por seis años a la Oficina de Ticlio. Estofue suficiente para que termine la primera parte a su favor: 5 goles a 1.
En el entretiempo, los preciosos, digo, los reincidentes del INPE, rabiaban a morir y recurrieron a su táctica infalible: chicha canera de papa fermentada por 3 años y después de meterse tres galones (cada uno), también cambiaron a su Coach y pusieron al “Trinche”, jefe del Pabellón 3 de Alta Peligrosidad. Este les dijo, con un machete en la mano:
-¡Escuchen bien! Les prometo un cilindro de chica si ganamos. Hay dos cosas que tienen que cambiar in-me-dia-ta-men-te: que tú, Caimán del Altiplano salgas a cortar…
-¡Alucina, loco! ¿Con el verduguillo… que lo tengo listo como canillera? ¿o con el más grandecito que lo tengo como travesaño en el arco?
-¡No seas won! Que salgas a cortar sus centros… así nos han hecho 4 pepinos. Y la segunda, apenas los desgraciados de la SURAT pasen el medio campo, chucean la pelota y la desaparecen; luego, se hacen los locos -como siempre- y ya estando frente a sus defensas, les muestran estos verduguillos tamaño especial y… ¡van a ver cómo les ganamos el partido por goleada!
Casi al final del encuentro, estaban 7 a 7. Faltando 13 segundos, los del Penal, como todo el segundo tiempo, robaron otra pelota y se escaparon en mancha -mismo Prison Breake-, solo que el Negro Cañón, su centro delantero, tenía la estrategia tatuada en ambos brazos, hecha con chaira (para que se pueda notar). Después de tirarse a toda la defensa, y solo frente al arquero, sacó su poderoso retrocarga y pasó caminando bola y todo hasta el fondo del arco contrario.
Al día siguiente, y como siempre, los improvisados comentarios de la prensa futbolera, seguían repitiendo el mismo cuento y ya estaban proponiendo al imparable campeón el “Negro Cañón” para que integre la selección nacional… porque realmente era el rey de las fugas por el centro (y desde cualquier Centro)… un verdadero asesino para los arqueros contrarios. Ahhh y sobre sus salidas para los entrenamientos y partidos oficiales… tampoco habría problema; se “harían algunas movidas” (una chanchita en coco$) para conseguir su bendita prescripción. Total, la blanquiroja y su clasificación para Rusia 2018 tenían carácter de prioridad nacional. ¡Gooooool peruano, carajo!










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