viernes, 21 de agosto de 2015

PALAS ATENEA


A diferencia de otras deidades femeninas, nació siendo grandecita; es decir, de la cabeza del Gran Zeus brotó un portento de belleza femenina, sumamente apuesta y con gran valor; dueña de  una esbeltez extraordinaria que era la envidia de sus otras hermanas, primas, tías y demás miembras del equipo olímpico.

Cuenta el chismoso de Hesíodo que en una de sus tantas escapadas el inaguantable dios de dioses o padre de la patria para los grecos, se le fue la… mano y embarazó a Metis y pronto la TV local, en su canal HD Oráculo de Delfos corrió la noticia a campo traviesa propalando la siguiente advertencia: “Aquel que se atreva a meter el dedo en la virginal oceánide Metis -símbolo de nuestra sabiduría- se correrá la fija de verse opacado por la gloria de su vástago”, así que… divino Zeus, avisad a toda tu grey de centauros, machos cabríos y demás miembros de la orden: Aguantakos forever, conocidos como “Los Onagros del Helospoto” (Sic.) para que dicho autor de la guagua, obligatoriamente  y bajo la pena de castración, asuma su paternidad responsable; al margen de cualquiera otra insinuación o amenaza no certificada; pues ya saben que la visión teleológica del ciego Tiresias puede pecar de extrema o poco clara, pero así está escrito por el infalible hado y así será!

Apenas wathchó la emisora Alfa&Beta, Athenas TV Co. al padre de los dioses se le doblaron las rodillas y cayó postrado al revés: encima el trono y debajo de su mujer; aquel viril rayo y la resplandeciente corona se vinieron por los suelos y el super-macho-cabrón asumió un gesto por demás estúpido e idiota que solo inspiraba lástima.

-Amado esposo mío, dime que os pasa? Cambiad esa mueca o… por lo menos respirad y… cambiad ese maldito color lila que acompaña vuestro lívido y grosero gesto! No hagáis quedar mal a la pareja real. Mirad que todos tienen sus ojos clavados en el trono…! Por favor, Zeus, reaccionad… que estáis azul cieno! Además… os estáis contagiando a los demás dioses… mirad, p.e. la diosa Metis, antes se presentaba gallarda, rosadita y muy coqueta; ahora, despide un color cenizo igual al vuestro… se nos viene abajo! Me pregunto ¿os habréis puesto de acuerdo para sorprendernos en esta corte? Mirad… que me desmayo al toque… porque también creo estar esperando al pterodáctilo que anuncia los nacimientos…

Y estas palabras fueron la gota que derramó la copa de vino real. El Rey entró en un profundo sopor, recogió su zigzagueante rayo y muy desesperado tomó al soplón de Urano por el cuello y se lo tragó sandalias y todo. Pasado este pequeño desliz el dios supremo, despertó con un grandísimo dolor de cabeza que lo turbó totalmente. Solo la gran habilidad de su hijo Hefesto y gracias al dominio que ejercía sobre el cincel y combo en su taller de medicina veterinaria pudo operar al cabezón de su padre y hacerlo alumbrar a la Diosa Palas Atenea ricamente vestida y ya adulta.

Y como dice el dicho. “De tal palo… tal Athenea”. Desde el nacimiento de esta flaca, no solo entró en interminables discusiones con sus hermanos, hermanas, primas y tías, por cuanto ella creía ser depositaria de la primogenitura y preferencias paternas; sino que inclusive se peleaba con su indomable cabello; razón por la cual siempre usaba un casco y tuvo que ser nombrada Diosa del arte de la Guerra porque nunca tenía pierde; caso contrario, el rival corría el riesgo de verse ensartado por la gigantesca lanza que siempre la acompañaba y que infaliblemente la sabía colocar entre ambos cachetes.

Otro chisme del autor nos hace conocer que una de las provincias de Grecia, Ática, propuso un concurso para escoger el nombre de la ciudad. Los contendores eran Poseidón y Palas Athenea. Para impresionar mejor, el dios de los mares y las aguas cogió su tridente y clavándolo en el suelo dijo: -Acudan a mí las cristalinas corrientes nacidas desde este Acrópolis para calmar la sed de los poblanos! Así se hizo y así cumplió! En cambio, la diosa Palas plantó un olivo para impedir que la ciudad fuese inundada por las aguas servidas e hizo instalar una red de desagües, metiéndolos a su rival junto con sus seguidores en los canales para hacer ver la perfección de su obra, al mismo tiempo la expulsión de todas las porquerías del reino justo en el momento mismo de su inauguración. Semejante obra de ingeniería no podía pasar desapercibida y los demás dioses decidieron obligatoriamente (so pena de morir ahogados en la mismísima m) que aquel regalo de su númen tutelar era más sabio y llamaron a la ciudad Atenas, en su nombre.

Finalmente, el autor nos hace ver la trascendencia e importancia de los pequeños detalles y que encierran honda significación: Ares era el hermano llamado “el dios de la guerra” por los troyanos; en cambio ella, llevaba el título de “diosa del arte de la guerra” por los griegos. Aquí, aunque usted no lo haya notado, salta a la vista las cualidades innatas del género denominado femenino pero que se esconde bajo un aparente término genérico, débil y muy simple: Mujer. Pues, véalo usted con sus propios ojos: mientras un varón (recio, musculoso y pillo entre los pillos) solo hace uso de la fuerza para solucionar un problema o una disputa; en cambio, la varona, hace uso de sus milenarias artes mejoradas al 1000% en cada generación.

Bien, tomemos solo una millonésima de su guanina (ADN): el uso que hace de su imperceptible estrategia: ante la presencia de un acto o hecho, primero, su supercomputadora siempre está prendida, doblemente si es de noche. Pasa el escáner de pe a pa y determina  el tipo de problema: talla, peso, color, número de zapatos; personalidad, humor y billetera. Después de una milésima de segundo surge su análisis en 5HD; al mismo tiempo aparecen en la pantalla virtual las propuestas de 50 alternativas principales de solución y 500 secundarias, más 50 de repuesto. Hace una mueca y surge la  aplicación inmediata de la más efectiva. Guiña un ojo y aparece su evaluación racional y afectiva. Cruza las piernas y, lacónicamente, como quien no quiere intervenir dice: -No está tan mal…podría ser! Porque muy en el fondo sabe que no necesita gastar sus energías, que hay que guardarlas para otros momentos, mas es suficiente para demostrar quién es quién! Quién es la que tira a la hora de la hora. Believe it or not!


De tal manera que estos actualizados chismes y, desde siempre, nos hacen ver los millones de años de distancia que nos llevan en cuanto fortaleza, aguante, sagacidad, intrepidez y velocidad de su única neurona con la cual la providencia las ha dotado. Luego. La pregunta que surge de cajón: ¿y si Dios las hubiera premiado con dos? La Cantata en Re Mayor! Seguiríamos lomodependientes! Per saecula saeculorum, amén!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario