domingo, 14 de julio de 2024

TOCATA Y FUGA EN RE...PAVOR

 Aquel tipo, realmente desesperado ya no sabía qué hacer; puesto que todas sus hipótesis planteadas con mucha seriedad y sumamente meditadas, le estaban carcomiendo hasta los más recónditos intersticios de su aguantada virilidad, dadas las nulas satisfacciones conseguidas, después de haber aplicado con mucha discreción y empeño todas las posibles soluciones planteadas y que iban desde la A hasta la Z; esto incluía algunas letras primas, en su ordenada clasificación.

Para mayor conocimiento del asunto, digo, de las posibles soluciones escogidas, estas habían sido cuidadosamente puestas en práctica y en estricto rigor lógico, pues se trataba de un sujeto metido de cabeza en la ciencia y los rigurosos cánones aplicados en todos los aspectos de su vida; mucho más en aquellos tan propios y naturales como eran los relacionados con sus instintos primarios relacionados con la conservación de su hombría celosamente guardada bajo siete llaves. Sin embargo, urgido por sus inquietas neuronas que lo hicieron iniciar sus primeros intentos liberadores, tan sólo llegó a salir de su covacha donde anteriormente pasaba recluido día y noche. Sin embargo, en la próxima, intentaría contemplar -en vivo y en directo- las bondades del otro sexo vistas y sabidas de memoria, pero tan sólo en sus repasadas ilustraciones de sexología.

Ahora, ya en plena calle, podía comprobarlo a pleno gusto (solo con la vista), y las despampanantes impresiones recibidas rompían todas sus expectativas, poniéndolo como un hambriento macho alfa oteando locamente por conseguir pareja. Luego, en la tercera, siguió con los intentos de acercarse un poco más y así tocar aquellos impresionantes cachetes que se constituyeron en las partes más saltantes que lo pusieron en Re Mayor, apenas las tuvo a mano.

De allí pasaría, aclaro, sólo por una necesidad fisiológica inaguantable, estar cachete con cachete con una sensual y fugaz conquista que lo dejó totalmente conmovido hasta el Coxis, totalmente aguja, pero y con la miel en los labios y a punto de cometer un desatino monumental, con tal de obtener un hembrón a como dé lugar; pero el efímero tiempo fue su mejor y su peor remedio; pues resultó el acabose de sus profundas meditaciones filosóficas, sus grandes convicciones morales y a un paso de quedar mal parado frente a cualquier material que se le presentase en el acto por falta de práctica.

Finalmente, y no pudiendo aguantarse ni un segundo más, cerró la covacha definitivamente y, decidido, salió, rifle en mano, a conseguir aquel ansiado ejemplar femenino que pudiese satisfacer, aunque sea por un instante sus necesidades, que en esos aciagos momentos lo empujaban a chapar cualquier cosa (en el buen sentido de la palabra). Y se mandó al centro de la ciudad siendo la medianoche, pues sabía que resultaría la mejor ocasión para coger una damita de compañía. Efectivamente, a esas horas las calles del centro estaban en pleno desfile nocturno los buenos materiales, cada cual mostrando lo mejor de sus imponentes cachetes expuestos al aire libre y a gusto del mejor postor.

-¿Hola Guapo, Qué estás buscando? ¿Necesitas una buena compañía? Aquí tienes lo mejor de lo mejor…a un precio cómodo y… si me invitas un par de tragos, hasta puede ser gratis este lindo encuentro… ¡Vamos?

-Hola, linda…¿No tienes frío? Estás con el 70% del pellejo al aire y…

-Como verás…por el contrario…estoy con una fiebre maldita…Te puedo dar mucho calor y muchas satisfacciones…Solo es cuestión de ponernos de acuerdo y…

Volvió a escanear, de arriba abajo, la espléndida presa presentada en forma tan insinuante y convincente en su floro y sus movimientos diestramente sensuales, que hasta parecía ser un lote del tipo A-1 tan ponderado que sin medir más diálogo, se fueron a un hostal.

 Si bien el matadero estaba perfectamente impecable y el perfumado ambiente invitaba a una reunión muy íntima y prometedora…esa tenue luz rojiza despertaba maliciosas sospechas. Los escarceos iniciales no sólo les permitieron gozar de las bondades mutuas, donde destacaban las fuertes caricias, la fogosidad de sus besos; pero esa impresionante conquista, no le permitió tomar por asalto las partes inferiores que tanto lo convencieron; sin embargo, esto no fue impedimento para que suban los ardores corporales como un volcán a punto de reventar. Mas un extraño bulto aparecía de tanto en tanto hasta que la sensual pareja le dijo: ¡Cambiemos!

-Wa chuchey yu? ¡No te entiendo! ¿Cómo dices?

-Cambiemos de lugar y…!date la vuelta!

¡Plop!

 

 

 

 

 

 

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