-Hola, chola, ¿por dónde andas?
-¿Qué haces? ¿cómo va la cosa?
-Ahhh… todo bien, por aquí… ¿Y
tumbes… también te tocó madrugar?
-¿Qué cosa? A mí no me vienen con
wadas… yo escojo mi turno y mi esquina; nada de servicios en avenidas, ni redadas…
¡Yo soy la mamita en la Jefatura…!
-¿Y cómo lo haces? Yo ya estoy quemada
hasta los ovarios, me arden los ojos y ya estoy con asma y estos sobreros de
mierda no sirven para nada. Creo que mañana mismo solicito mi retiro y se acabó esta wada que debe tener mis pulmones como chimeneas.
-¡Anda, tonta, tienes que saber
vivir… solo es cuestión de mover bien la… vara y tienes al jefazo comiendo de
tu mano. ¡Muéstrale los dientes pa´conquistarlo y muerto el cholo!
-¡No jodas! ¿Así de simple es la
cosa?
-¡No pue, chola, seguro que te va
a querer sacar plan y otras cositas y… ¡Acepta!
-¡¿Qué crees que soy yo? Una…
-No, cojudita, la solu es que
siempre te hagas la difícil: por ejemplo, digamos… que le aceptas salir con él:
una vez que estás en el sitio, le dices que no está bien lo que hace porque tú
eres una chica de casa… que nunca has hecho eso y, si es posible, sueltas un
lagrimón. Al toque, el patín, se te va a poner meloso y va a quererte ponerte
en un altar. Sigues ligeramente terca, a punto de quererte regresar y después
que consigas muchas promesas, vas a la cama y se acabó.
-O sea que al final caes en lo
mismo…
-No, cholita, la verdad es que te
falta calle. Una vez en la camita, vuelves a llorar y ahí consigues todo lo que
se te venga en gana: ropa, joyas, perfumes; pero, sobre todo el manejo tuyo de
los horarios de chamba y los lugares donde tengas menos control… ¡Ya pue,
hijita, no te hagas la tercia! Despierta, estás en el siglo XXI… Espera, espera
que acaba de pasar una combi que está botando full humo… Ya tengo mi desayuno.
¡Dame 5 minutos!
-¡Aló, cholita. No ves, ya metí
mi papeleta número nueve… pa´justificar el día, pueee, chocheee.
-¿Y cómo termina la cosa en el
sitio?
-Ahhh… me olvidaba… Una vez que
se esté preparando, le dices: -Oye, creo que estás muy gordo y no vas a poder…
además te veo pálido, ¿no te vaya a dar un infarto y nos complicamos la existencia… ¡mejor lo dejamos para otro día!
-¡Entonce, ¿nunca llegas al
final?
-¡Neli! Si insiste y cuando se
sienta capaz de poder hacerlo, le dices fuertemente: -Oye, que está sonando la
sirena de un patrullero… seguro que te están buscando… mejor nos vestimos…
porque se me pasaron las ganas… ¡Vámonos! Cierras el negocio y, en cambio,
tienes permisos a todo dar, comisiones en la ciudad, trabajos de oficina y no te
quemas en estas calles malditas.
-¡Te dejo, te dejo! Acaba de
haber un choque en la esquina y yo estoy a media cuadra, debajo de un arbolito
y… ¡La próxima semana dejo de ponerme tanto protector solar! !Ya verás!
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