Al respecto, y sin mediar duda alguna, ya sé lo que ustedes, queridos wones, pueden estar pensando en esa su mente de botadero municipal; pero no, no se trata de eso ni de lo otro, tampoco; y aunque no lo crean, no es eso tan sucio y grosero capaz de hacernos cometer un pecadote tamaño inmortal; tan grave que nos asegure de por vida un ardiente nidito que nos mantenga como chancho al palo, con el rabo completamente aplastado y achicharrado en los fogosos y profundos predios de don Sata.
Inclusive podría estar dirigido a aquellos
otros espíritus que se proclaman a viva voce que son tan puros porque no tiran
huevo; es decir, que no aceptan ni un huevo pasado, pues creen en la perpetua abstinencia
por estar bajo el palio de san…turrón y remojados
de por vida en cilindros de agua bendita; además de imaginarse, estúpidamente,
inmaculados, puros y limpios, acaso tan solo por cuestiones de un accidentado y
craso error en su aovada existencia producto de una equivocada repartición de
hormonas, donde les tocó, desgraciadamente, un buen kilo… de las otras;
aquellas destinadas al otro bando, por lo cual, sin querer queriendo,
permanecen, piensan y se sienten diametralmente opuestos a cualquier tipo de
chapetex natural para cualquier hijo de vecino siempre parado como el envidiado
mástil a Tutankamón y con la frente enhiesta, aparte de otras cosas más.
Tampoco vaya usted a creer que se trata de un
nuevo plato de entrada, de una carta sui generis o de otra clase de postre tan delicioso
y nuevo que resulte una revolución gastronómica, aunque ambos produzcan efectos
gaseosos debido a sus componentes de bajo costo y las consabidas campañas de
difusión, puedan ser servidas en cualquier mesa por la mañana, tarde y noche
como si fuera el pan nuestro de cada día.
-¿Entonces?
Es verdad, de alguna manera tiene que ver con
el pan nuestro de cada día, pero elevada a la 10ª potencia; cuando, tratándose
de sus componentes casi humanos; digo, casi de completa redondez, si bien protegidos
con una cáscara irregular en cuanto a grosor, tamaño, color y sabor; es decir,
aquellos otros que desde la cuna se mecen en una concha desde un obligado
desove, como son los de una prolífica tortuga, por ejemplo, estos resultarán
ser deliciosos al extremo…al extremo de un fallido safari cuando aparece el
hambre, al desaparecer por días y semanas aquel sendero hacia la civilización y,
de improviso el hambre en cada caso es asesino y uno es capaz de tirarse no
solo ese huevo; sino, inclusive, hasta una nativa…serpiente venenosa.
-¿Luego…?
No existe otro desayuno más delicioso y
nutritivo que aquel cuando apenas levantas las persianas, te pegas un baño de
la g.p. con agua helada…esa que apenas toca tu mitra sientes que te parte la
cabezota, sube desesperado un rayo eléctrico desde el Coxis y penetra toda la
columna y te deja mudo, atónito y estúpido, porque si tienes a la mano la llave
de agua caliente, te preguntas al instante: -¿Por qué diablos prefiero
tirarme un huevo de minutos bajo esta catarata de puro hielo?¿Será cierto que
el agua fría te “tiempla”los nervios?¿Que te rejuvenece toda la piel…y sobre
todo, te mantiene con unos ímpetus salvajes y después de practicar este tipo de
congelamiento…eres capaz de tirate…unas diez…clavadas seguidas en cualquier
huarique que te salga al paso…ya que estás con un filo capaz de tirarte una
docena de huevos?
Pero enseguida, la realidad te despierta
bruscamente de aquellas lucubraciones megalíticas donde realmente te sientes un
portento de capacidad conquistadora, amatoria y camatoria; luego, solo te queda
reparar…reparar tus bolsillos…porque no solo estás recontra aguja, que si
logran pararte de cabeza, solo te va a caer caspa en cantidades de exportación.
Recoges tu orgullo con lampa, quieres sacar el pecho, pero ahora sí reparas que
te falta un huevo de cosas: trabajar como Dios manda y no en ese intento consuetudinario
donde sales a buscar chambita, pero una chambita especial, con harto billete,
sentado en una silla ergonómica y en un escritorio gerencial donde tengas una
permanencia diaria de 11:45 a 13:30, con hora y media para el opíparo
refrigerio con un parcito de chelas helenas, para empezar la jornada intensa de
reuniones constantes y con una secretaria A-1 capaz de tomar nota de tus fingidos memorandos sobre tus
rodillas; sobre todo después de las 21:00 horas; esto es solo de martes a
jueves, por razones de combinar el trabajo presencial de las noches con el
virtual, por la mañanas.
Y es aquí, cuando aparecen los huevos reales,
aquellos que sí tienes que tirártelos quieras o no porque son de necesidad
mortal:
A)
El
huevo de baños que reclama tu abandonado puerco, el que no reconoce el líquido
elemento desde hace un par de semanas, y están en camino de pasar al olvido;
B)
El
huevo de ropa interior que necesitas usar después de haber decidido prescindir
de ella, por motivos de ahorro…de tiempo, después de levantarte cada día a las
12 o´clock y decidir si te van a resistir aquellos raídos restos que acaban de
cumplir cinco años;
C)
El
huevo de motivaciones que necesitas para que cambies de actitud, de limpieza y
de buenos hábitos de combate, porque la porquería que te metes diariamente al
hocico en tus escondidos huariques, en un par de semanas te conviertes en NN y
así no alcanzarás a poder satisfacer las ansiadas ganas de tirar… huevo… Un
huevo, aunque sea de pata, de una de las patas venidas del Orinoco o del
invasor norte… con un huevo de necesidades en su mochila.
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