sábado, 15 de octubre de 2016

LA ORACIÓN DE LOS GORDOS


Gracias te doy, Dios mío
por haberme hecho dos en uno;
porque… al saberme doble ancho,
lo disfruto –doblemente- cual un chancho.
Pero Tú, que me conoces, bien lo sabes
que… muy en el fondo, -en verdad-, padezco!
con tanta delicia que me obligas y me pones…
a devorar chocolates por cajones.

Escucha, Padre mío –de una vez, por todas-
¡Hazme flaco y… ya no me jodas!
Desaparece las gaseosas de un solo tiro
y ni siquiera me permitas un suspiro;
que si respiro una micra de aire, la asimilo
y al día siguiente… subo más de un kilo.
No permitas que existan las pastas,
ni los ricos embutidos, menos… fritas las papas;
así sean en dulces mazapanes, tofees o galletas
simulando ser frutitas, animalitos o tabletas.
Por favor, ¡Deja ya de apoyar la feria gastronómica
que kilos gano de manera astronómica!

Te ruego, porque otra vez pueda despegar
y mis trescientas libras logre levantar
sin hacerla gemir a la destartalada silla,
 culpa de los dos rollos que cargo en cada costilla;
porque esta ovular apariencia
mantiene una redondez que escapa a la ciencia:
son tres pelotas que se comieron el cuello;
que, por peso, no dan bote y pierden el resuello,
tras un ligero paso… ya ni siquiera trotan…
(solo cuando todas las ricas viandas provocan).

Permite, Señor mío, desaparezcan estos vicios,
para levantar mis patas en pos de ejercicios.
o mejor!… que les haga decidido asco a las frituras
y, a cambio, ¡prefiera las detestables verduras!
Escúchame: sea mi desayuno solo una manzana,
un trozo de papaya y una bebida sana;
por almuerzo, un plato de ligeras ensaladas y
como segundo, lamer una chuleta tostada;
más un sueño de postre:  un pan virtual con soledad!

Finalmente, te pido, Dios mío, para redondear el asunto
y si de cumplir un efectivo ayuno se trata:
mándame una dieta más sana… y punto:
tres dobles sánguches de lechón, arrancando el día;
con tres tazones de vaporosa leche fresca
recién sacada de esa tu vaca mañosa;
y solo un par de baguettes con mantequilla,
(por evitar los carbohidratos),
más un buen litro de té con anisado
(solo para ganar espacios),
pues ya está aquí ese chancho adobado.

 Al mediodía, ¡no me desampares y… permíteme!
un gran choclo con queso, como aperitivo;
dos platos del Pebre de Lomos con su zarcita de cebolla,
una fuente de costillar con papas fritas y arroz graneado,
y para que no desmayen mis jaculatorias, no te olvides:
un platito de zango para cerrar la tarde.
Por la noche, y solo en pos de reparar energías:
Dispón, Padre Amoroso, que me llegue sin porfías,
una sopita de carne y dos generosos platos de rojos tallarines,
y no vendría mal un calientito arroz con leche.

Eso sí, Recuerda, Padre Mío, infaltable,
 únicamente, para asentar esta cena frugaleta:
una o dos botellitas de anisado, el más puro…
que mañana hay que trabajar muy duro;
pero lo más importante: hay que guardar la dieta,
porque eso de los ejercicios… Diosito, Te lo juro…
¡mañana que los empiezo…
porque hasta hoy, sigo siendo un gordo ileso!



ORACIÓN II

Padre Nuestro, que estás en tu excelso edén:
¡Escúchame: estoy con mil rollos y pura papada sin sostén!
Y con 100 kg. de peso, no camino, ni corro… solo ruedo…
como una gigantesca mole de sebo y no puedo
ni siquiera sustraerme a una dieta, soltar esta teta,
por un minuto, para dejar la grasosa comida chatarra,
y por esta obesa depresión, mostrar un perfil jarra.
Padre mío: no me dejes caer en tentación,
Desde que amanece cada día, es mi perdición:
3 baguettcitos full mantequilla y jamonada, para un frugal desayuno;
en los casos, cuando quiero hacer desesperado ayuno;
Please, ¡quítame los tres platos de pastas, como entrada;
más los 10 kekes de vainilla con rica mermelada;
los obligatorios 5 platos fuertes de chupe con rocoto,
que sumando los helados y las tortas se me van directo al poto.
Y por las noches, y solo por estar siguiendo la costumbre,
sigo comiendo chocolates de leche… hasta sin lumbre;
Pero aquí, entre nos… ¡nunca, dejaría mi cena!
¡Sería desconocer mi sacrificio diario, una real pena!
Pero eso sí, Dios mío… Te pido, Te lo imploro:
¡no me quites este leve apetito, porque lo adoro;
Además, la verdad: ¡me llega al derecho aquello de: Gordo Michelín
tan solo es pura envidia… una chapa; ¡qué digo!, es un chaplín.
Y si con todos mis ruegos, lo que te pido no es posible,
No me dejes cual pez globo, déjame solo como dirigible;
Que no hay nada más rico en esta vida que comer; digo mejor, tragar;
engullir, devorar, embuchar, todo en un santiamén;
¡Por los siglos de los siglos, amén!












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