lunes, 30 de octubre de 2023

L´UA KAYKAU LA TIERRA

 Dende qu´iaciya más o menos una semana completita, en la mesa no se lajlaba d´iotra cosa que la Fiesta de Todos Santos, per´uen esa mañana, enún determinau momento pude notar que las caras cambeyaron d´iadepronto, cuando mi queriu tata de mi tata, tuaviya con su jarro de leche en mano, alzó la voz y´empezó a lajlar muy, pero muy serio y con un juerte tono que tuitos tuvimos que parar las orejas y luego, luego, nos callamos y clavamos nuestros ojos en aquel viejo gañán engüelto en su gastau poncho medio chejche, tal como s´iacostumbraba en estos diyas friolentos, l´uaciya pa´darnos indicashones o pa´ser conocer una sentensha qu´era ley pa´tuita la jamilla.

-¡Oíteee…Benito…pa´ti tamien es la cosa: se nos viene el Diya de Dijuntos, y como vosotros sabís, es una fecha muy sentida y hay que guardarla y´respetarla como Dios manda…y como l´uemos veniu hashendo dende que teníbamos uso de razón…entonce…lo primero, nada de mandarse con un vestiu futre pa´llamar l´atenshón y porq´es fiesta…!No, nada d´esto! Vos sabís tamién, que tuitas las mujeres de la casa se ponerán luto estricto; es dicir, se pondrán un velo negro tan grande que les tape tuita la parte d´iarriba…casi hasta la rodilla. En cambio, nosotros los varones tamién nos poneremos ropa negra y…si n´ues posible de cuerpo entero, habrá que mudarse con cualquier otra prenda que seya oscura…porque nuestros muertitos merecen…

-¡Mucho respeto!

-¡Cerrá el hocico, Benito! Que nadies ha dicho mocotecte pa´que metáis la lengua en esta conversa de tus mayores…Así, que aprendé escuchar primero a tus adultos y dispués podís preguntar aquello que queráis saber…anque, con mi esplicashón, no creyo que quede nada al canto, pero sí, mucho pa´cerlo… Güeno peee…com´uandaba dishendo…

-¡Tampoco lo tratís así a mi wawa…! ¿No vis que tuaviya es un koro qu´está ap´riendiendo? Es güeno, que nos hagáis recordar cómo debemos yir a l´Apacheta el próximo lunes que caye el Diya de Dijuntos…

-Ahhh…casi m´iolvido…No vayáis a dejar de ponerse una ramita de ruda en la oreja izquierda, bajo los huacalis y´aber si los lavan pa´quitarles tuita la grasa… que parecen los sombreros de los pallapadores que tuitas las semanas se las pasan rebuscando las sobras después del escarbe…Sí, peee, tuitos los mayores, póngase d´iacuerdo pa´yir en sus caballos y nos dejan tres montas pa´nosotros sus mayores…

-Pero, tata, usté y nuestra mamitay solo son dos…¿pa´qué tres caballos?

-Es qu´esta vez lo catatamos al Beno…a ver si aguanta el largo camino que tenemos que tirarnos hast´el pantión de l´Apacheta…anque, a lo mejor nos pegamos una parada en La Pampilla pa´magnarnos un bebe de chicha y´un güen jayari…s´ies que alcanzamos…

El lunes, efectivamente, se hicieron todos los preparativos. Se repasó tuita la vestimenta; se revisaron prolijamente las jáquimas y se comprobó el buen estado de las bestias de monta.

Así, pues, llegó el respetado Día de Difuntos: tuitos los racais andaban con las puertas entreabiertas; no serviyan en las picanterías y los polvorosos callejones estaban solitarios y vaciyos, pues n´uabiya n´iún alma en pena. Solo quedaron en casa los tres jinetes listos p´empezar aquella marcha, camino a visitar con mucho respeto a aquellos finaditos familiares que habiyan partiu antes y que las costumbres dend´iantes pediyan se cumpla este ritual.

-Tata, Angelito…¿Y por qué no m´iavís vestiu de negro como vosotros l´uestáis?

-Porque los koros como vos, tuaviya no pueden llevar luto…ni siquiera los caucachos…Redepente, t´iace mal y te nos ponís kariche y con otras cosas más y tu mama nos mata…

-¿Pero, qué me v´acer una visita a L´Apacheta? Si allí, creyo qu´iay puro muertito, puras cruces y´asta mucha comida y música pa´celebrar a los dijuntos, nooo?

-Nadies sabe qu´es lo que pasa…pero ya vais a ver; d´iaseguro a cualquiera de tus tiyos le va kaikar esta yida al cementerio…y se van a poner malitos… -Dijo mi tata-.

-¿Tant´uasí?

-¡Sí, peee…! Es algo que d´iaseguro tiene que ver mucho con las almitas…-Respondió mi mamitay-.

-¡No creyo que me pase nada! ¡Yo soy muy juerte y shempre les rezo a las almitas…

-¡Güeno peeee…esperemos que así seya!

No hubo sitio alguno donde poder apagar la sed. Al medio día llegamos al cementerio. En sus afueras encontramos un cerco de sillar pircado en muchos sitios. Dejamos las bestias en el corral, mientras adentro, se escuchaban muchos cantos y diversas músicas; en otras tumbas estaban comiendo con ambas manos y, sí pues, parecía una fiesta, pero no una hecha para los enterrados difuntos.

Visitamos las tumbas de nuestros familiares y en cada una, mi mamitay, rezaba entre dientes y en la tumba de su madre, lloró desconsoladamente y mi tata tuvo que jalarla a la juerza pa´que no le pase algo peyor. Y pronto, cuando caían las primeras sombras estábamos de regreso a casa.

Me jui a mi cuarto, pues me sentiya muy cansau, a pesar que n´uabiya caminau ni trabajau nadita de nada. Me recosté sobre mi catre, como de costumbre, y sentiya algo pesau en mi cuerpo. D´iadepronto, sentiya que me doliya la panza como nunca. ¡Es producto de Ajicito d´iabas que me zampau en la comida -me dije- para consolarme. Seriya la media noche cuando desperté dolléndome tuito el cuerpo y me pareciba que ardiya en fiebre. Teniya una sé de los mil diablos y solo me quedó una cosa: ¡Mamitay Eduviges! Mamitay…mamitay… que ya n´uaguanto estos dolores que m´están matando…

Luego, luego, casi vino tuita la jamilla, alarmada por los gritos que partiyan dende mi cuarto.

-¿Qué podrá ser? Mi wawa está que no s´iaviene con la fiebre ni los dolores…

-Creyo que las habas l´ian cayido mal…porque s´iamandau dos chugas completitas…

-Hay que darle un matecito de Yerbabuena con media copita d´ianisau…

-¡No, nada de mates ni niño muerto! Hay que taryerla a la Dominga…a la curandera. Ella, de solo verlo y tocar su cuerpo lo va a sanar en menos de lo que canta un gallo… Aurita mismo, me largo pa´su racay en Chilina y yo mismito me la traigo, anque seyan las tres de la mañana…

-Pero…Angelito, ¿cómo sabís lo que tiene la wawa?

-Co´mues su primera visita al cementerio… d´iaseguro que lua kaikau… Ya vais a ver.

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