Con un destello deslumbrante aquella extraña luz marcó su inesperada sorpresa luego de ingresar un tanto temeroso en aquellos ambientes lejanos pero muy comentados en muchas noches entre los jóvenes choches del barrunto, turbando aún más al asustado adolescente cuando ya, dentro del cuartito se vio perdido entre una espesa penumbra medio rojiza o…naranja. Solo pudo descubrir fuertes aromas de sudor, ropa húmeda y obligados perfumes. Pero su miedo, ahora se hizo más palpable cuando esa desnuda silueta, echada sobre la cama, le hizo una seña insinuante y tembloroso se fue acercando sin saber qué hacer y…
-Amorcitooo…no tengas temor alguno…que no
muerdo… ¡Échate a mi lado! Y no digas nada…!que yo me encargo de todo…! Ven,
amor…
Y aquella voz fingida y melosa venía acompañada
de una mano estirada que ya me tocaba y quería perder el aliento y salirme…
-Ahora, ¡Quítate toda tu ropa! Pero…poco a
poco; prenda por prenda…primero, tus tillas y tu pantalón…Poco a poco…que no
hay prisa.
-Realmente, ¿tengo que hacerlo?
-¡Claro, choche; si no cómo! De otra manera, con
tu ropa puesta, no podrías llegar…tan lejos como yo quiero que me recuerdes;
porque es tu primera…
-¡No, no, nooo! ¿Qué vaaa? Ya he venido varias
veces…entonces, tengo una vasta experiencia…así que no te preocupes…ya sé lo
que debo hacer…
-OK, si es así como dices, ¿por qué sigues con
esta tembladera que hace mover hasta mi camita? Acaso has venido enfermito…en
cuyo caso, no quiero correr ningún riesgo…que me vayas a contagiar…
-¡No, nooo! Solo quería meterte un poco de
floro pa´tener más confianza…Ya ves, me quité las tillas, el pantalón y la
polera…Ahorita voy a estar tan desnudo como tú…¿incluida la ropa interior,
nooo?
-Como tienes una amplia experiencia…
-Sí, ya lo sé…pero no podrías prender un
poquito de luz? Soy un poco cegatón y no quiero confundir una cosa con otra…
-¡Y te tiras a la almohada! Ja, ja, ja.
-No creo que llegue a tanto…Yo ya sé lo que es
estar con una mujer…
-¿Tu mamá, una tía o una prima? Porque hasta
este momento solo te has quitado el gorro. Y sigue temblando el cuarto… ¡Con
tal que no llegue a terremoto! Ja, ja, jaaa… ¡Acércate! Que solo pretendo crear
el ambiente necesario para que puedas gozar de este momento que será
inolvidable mañana y siempre. ¡Acércate!
Y tomándome de la mano, me fue acercando;
mientras yoni, permanecía tan duro como un robot y no atinaba a nada de nada.
-¡Déjame, que yo lo hago todo…Empecemos por
esto…
Y pronto se pasó la tembladera a medida que me
iba quitando cada prenda y seguía contando a media voz:
-Uno, fuera polera; dos, fuera truza; tres,
fuera polo; cuatro, fuera temores y… !Déjame hacerlo!
-Espera, espera, espera…!Solo déjame el
calzoncillo puesto!
-Pero…va a ser un obstáculo…
-De repente te asustas…
-¿Cómo dices? ¿No eres hombre? ¿O lo tienes muy
chiquito? No hay problema, porque yo, en un santiamén lo hago crecer del tamaño
de un…
-Soy hombre, y muy macho! Solo que…
-A ver…!Déjame verlo!
-Te vas asustar!
-Eres doblete…tienes las dos cosas…
-¡Nooo…nada de eso! ¡Júrame que no vas a
comentarlo con nadie!
-¡Déjate de wadas! ¿Te bajas la trusa o qué
pasa aquí?
-Me la dejas y después puedes enterarte de
todo…
-Entonces déjame tocarlo…que ya me muero de
ganas por saber qué diablos guardas ahí, con tanto secreto.
-Bueno, bueno…pero conste que te advertí…
Y ahora se invirtieron los papeles, porque
ella, temerosa, bajando su diestra tímidamente se metía dentro de mi ropa
interior y empezó busca que busca… Y pronto se iluminó su rostro y prendió la
luz de su mesita de noche…
-Oeee, desgraciaooo… ¡Qué calladito te lo
tenías…! ¡Ahora vas a ver!
Y me cogió violentamente para colocarme una y
otra vez hasta conseguir nuestra mayor comodidad y pronto sentía que algo se deslizaba
por mis piernas y bajaba de prisa sin tocarla con mis manos, pero era muy
agradable y único; porque una vez de tenerme, en pelotas, como lo había deseado
desde un inicio; diestramente me hizo sentar y como nunca me hizo olvidar de
todo lo existente, de aquel foco rojo colocado encima de la puerta, del temor
que sentía al penetrar por ese sendero oscuro y poco a poco ir descubriendo esa
luz que me conducía directamente hacia ese habitáculo donde pude descubrir las
seguidas delicias que me llevarían hasta una explosión de luz y goce
interminable.
-¡Amorcito, vuelve cuando quieras, que esta
primera vez es cortesía de la casa, porque después de mucho tiempo he logrado
gozarlo también…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario