lunes, 4 de marzo de 2024

¿D´IANDE SACO MÁS LATAS?

 Entonce…cualquiera podriya apreguntarse: ¿qué diablos pasaba por la juguetona torocma d´este koro que, de tanto en tanto, deteniya apriocupau sus continuos correteyos que paraba dando  por tuita la casa; pa´dispués d´iun ratito pasar volando co´mualma que llev´el Diablo… Sí, peee…deciban, q´uiaquel korito shempre tranquilo; ensimismau tras los friles chillantitos y sus pegachas hechas con tanto cariño; shempre atau a su queriu trompo bien pajita y cuidando de no romper sus bolsillos repletos de bolas cherlitas… D´iadepronto, tuito ese santo diya andaba d´iarriba pa´bajo y bastante desconociu, porque, pa´saberlo, dende que s´iabiyan asomau los primeros rayos del sol, su casita se presentaba llenita d´iuna rara felicidá mecida por esos lindos trinos que s´iasomaban d´iaquí, p´allá, venius dende los viejos sauces cargaus d´esos  jílgueros trinadores.

Sí, peee…allá arriba, chipaus entre las matas de los sacudius perales, tamién saltaban de rama en rama, otra tapa repletita de dulces flautitas, picos y plumas amarillas con pintas negras que pareciban arrullaus por esa mecida de las largas ramas acarishadas por sus compinches vientos. D´iaseguro que veniyan catatando locos amores dende…quién sabe aquellas lejanas faldas del  Pichupichu trujiendo un montón de señas pa´regalarnos un diya más que bien, alegre y bien moviu.  

Sí…peee… dend´esta mañanita pareciba que nuestro koro s´iabiya levantau con una sola ideya en su mente de  koro bien trejo y avispau. Y ese su pensar sólo achuntaba a un solo deseyo: hacerse su propio chinchín para salir a adorar al Niñito Jesús, como tuita su lechigada l´uaciya.  

Muy afanoso se puso busca que busca aquellas cositas que le sirvieran pa´cer el mejor istrumento musical de tuita la koriada, para eso estuvo buscando por tuitos los rincones de la casa... Ya seya d´iadebajo de las mesas, de las bancas, hasta de la gran sala que serviya como comedor grande de la picanteriya. Buscó d´iadebajo del batán y por debajo de todo lo qu´iandaba regau por allí.

-Oíteee, Benito, mi wawa. ¿Qu´iacís allí, hincau  de´junto al batán, chancandolóoo dend´iace un güen rato? Me lo vais a picar y lo vais a malograr más… Maver, criatura de Dios. ¿Qu´iacís con esa chaquena en tus manos? Mejor te vais p´al patio… a seguir chancando esas tus latitas de cola en otra parte.!Corré, corriendooo…!

Y el koro, más que obediente, se paró más rápido que inmediatamente y pronto se perdía tuito él metiu en esa pequeña figura apurau y´empeñada en aplanar aquellas redonditas tapitas de cola por igualarlas.

-Oíteee…¿qu´iandais buscando, oye…sajra del diablo? -Rezongó una voz venida dende arriba-

-¡Nada qu´iatí te importe! Metiche del diablo…

-En serio, oye koro moketecte…¿qu´iandáis buscando por tuita la casa?

-Unas cuantas tapitas de cola…

-¡Ahhh…ya caigo; querís tener tu propio Chinchín!

-¡Ecolecual…y n´uencontrau ni siquiera unita…

-¿Qué me dais? Si a vos te digo ande podís encontrar muchas de tus latas, hartas, miles…

-Ya peee…no seyais ucumari…y mala gente…Decime…

-Porque no vais…a la picanteriya del…

-¡Suelta, suelta…soltala yaaa! Que yo te puedo conseguir una cita con l´Eduviges…

-¿Y qué gano con esa zonza…?

-Con esa que se te caye la baba…¿nooo?

-Güeno, güeno…Por qué no vais a la tienda qu´está frente a la recoba?

-¿Ande el Socta Nicanor…el que vende solo cerveza y colas?

-¡Hay mismito! D´iaseguro te va regalar tuitas las que necesites…

Y una vez casi desdoblaus a mano sus apreciados redonditos tesoros que, viéndolos bien, tuaviya s´encontraban un tantito doblaus. S´iapresuró en regresar al batán p´empezar aquella tareya que l´uariya un integrante ofishal de la deseyada tira de koros adoradores, puesto que ya se acercaba l´esperada Navidá.

Dos diyas enteritos habiya estau ocupau chancando una y´otra vez las tapitas de las botellas, dandoléee duro a las pequeñas redondelitas de lata, así como a sus adoloridos dedos; pero no importaba estos golpes, pues sabiya qu´eran pasajeros; lo más importante era l´entrada al grupo d´iadoradores; allí tendriya el respeto de sus pares, alguna qu´iotra golosina regalada, pero por sobre todo, el permiso de sus tatas pa´salir tuitas esas noches que iban a adorar al Niñito Jesús.

Y´andaba tendiu en su catre de palos, pero él seguiya convenciu que n´uabiya otro nido capaz de acolpacharlo tanto, ni de brindarle tanta comodidá en cada noche. No pudo cerrar sus ojitos apriocupau porque su obra no le complaciya del todo; habiyan quedau muchas latitas con los bordes desiguales y d´iaseguro qu´ial juntarlas p´armar su chinchín, no sonariya co´muel queriba que suenen. ¿Qu´iacer entoncesss?

Solo quedaba una cosa: consultar con su maistro…su hermano mayor; quien´era el diestro en tuitas las artes propias de la muchachada d´ese entonces. Solo teniya una vaga ideya pa´conseguir tenerlas bien aplanadas tuitas sus latas, porque las consideraba poco apropiadas pa´su destino en la siguiente semana: habiya que cruzar tuito el Pastal qu´estaba más allá de Las Tres Cequias… Y hasta allí no podiya llegar sin el permiso de sus tatas.

Esperó que seya domingo y después de rezarle tuita la misa a la Mamita de Chapi pa´que l´iayude a conseguir el dichoso permiso. Una vez que salleron de la Capilla de los Barreda, el koro respiró projundo como l´iaconsejó el tata de su tata y tomando la mano de su mamitay, le rogó:

-Mamitay, ¿puedes darme permiso? Quiero hacer mi chinchín… porque tuitos mis amigos de la cuadra…

-¡Que te preste tu hermano el suyo!

-¡Nooo, mamitay…yo quiero hacer el miyo… y solo me falta aplanar mis tapitas…en la liña del tren…

-¿Ande m´iavís dicho? Per´ueso está bien lejos…

-Gua yir con m´iermano mayor…

Iba feliz y silbando alegremente por las chacras del Aquilino pa´llegar al Pastal y…ya se divisaba los reflejos que haciyan los rieles del tren a lo lejos y´el corazón pareciba una locomotora que se m´iba  escapando…

 

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