lunes, 12 de febrero de 2024

PRESENTE GRIEGO

 ¿La mera verdad? Hubiese preferido que no me hagas llegar aquella mugre y ridícula muestra de tu precario estado financiera que tal pareciera estaba hasta las patas; pues ahora convencido, puedo confirmarlo, porque aquel despojo enviado sin un mínima seña de envase, bolsita o envoltura alguna, ni siquiera una simple pita que hiciera las veces de rojo como lazo símbolo de nuestro pregonado amor; y lo peor, sin destinatario alguno, más me supo a puro sebo del Chancho de tu...padre.

Aunque en honor a mi suspendida honestidad, solo me queda declarar que este tu rancio envío más olía a perro muerto para completar la gran jugada de tu vida; en clara respuesta a que te enteraste de una posible saliente mía causante de esta terrible y cruel vendetta a manera de tu sutil desquite…Desquite tan macabro e ingenioso  que nunca se podría perder entre las oscuras páginas del olvido; pues esta tu sangrienta remesa, sin lugar a dudas, fue confeccionada con mucha premeditación, alevosía y ventaja a plena vista de propios y extraños.

Pues bien, de aquella supuesta prenda interior enviada solo me llegaron un par de miserables tirantes que precariamente sostenían algo semejante a los restos de una bolsa de huevos abandonada en un muladar y por varios siglos, porque con tal despojo bailando entre mis dedos, calculo que tranquilamente podía confeccionar una mini huaraca antimotines, una honda capaz de arrojar un par de huevones; es decir, un par de huevos de avestruz… y no lo que estás pensando acerca de tus queridos y admirados primos.

Más lo increíble de este asunto que supuestamente era para que pudieses cumplir con un mero trámite de cortesía, aprecio y atento saludo por el onomástico de este tu fiel servidor; pero al final creo que afloró diabólicamente una de tus menguadas sospechas y que por arte de magia en tu cabecita se convirtió en un infernal ataque de celos y dicho obsequio se convirtió en algo así como furibundo palazo que me cayó en los meros cocos para confirmar una vez más, una simple muestra de tus cualidades asesinas acompañadas con un pequeño aditamento elevado al 1000% en esa tu desquiciada mente.

 Y no contenta con comprarme un bóxer de 10 soles el kilo; lo envolviste entre periódicos usados y con la lluvia que cayó toda la noche, aparte de encogerse como un pañuelo deshilachado y muy anudado, cambió de color y ahora semeja un sucio trapo de piso y todo lo demás queda pendiendo y no dejando nada de nada a la imaginación más maliciosa.

Pero eso no es todo… Quiero decir que eso no es nada, esta misma mañana, lleno de ilusión, recogí dichos restos casi al descubierto y fue tan grande fue mi sorpresa que cuando intenté meterme en ellos, solo con tocarlos brotó una especie de petróleo negruzco y toda mi virilidad se vino abajo junto con sus raídos tirantes vecinos; y para no hacerte quedar mal, pues estaban presentes unos cuantos familiares. Traté de simular que estaba muy ocupado, limpiando en mis rodillas, la suela de mis tillas.

-¿Qué es lo que te pasa? -Rezongó mi viejo-

-¡Creo que a mi primo se le están cayendo las ligas! -Dijo burlonamente uno de mis primos-

-¡A la única que se le caen las ligas es a mi tía…que yo la conozco bien!

-¡Suave…con la family… que hay mucha ropa extendida en el comedor y nos están esperando!

Repuestos de aquella desagradable y cruel desgracia mía y de mi fiel amiguito, acompañante de siempre, ambos seguíamos cabizbajos esperando alguna lógica explicación de tu parte. Seguía caminando con aquellos restos entre mis dedos y dirigiendo la vista hacia tu persona sentada a la cercana mesa del comedor, me detuve y pasaron varios minutos de duda; pero a cambio sólo recibimos un claro reclamo tuyo hecho a viva voz y en plena cena; mientras estábamos acercándonos al grupo integrado por nuestros padres, hermanos y demás parientes venidos a mi celebración:

-Amorcito… ¿Te llegó el presente que me costó un ojo de la cara…? Porque te lo envié por delibery y el correo me aseguró que dicho trámite sería en el menor tiempo posible y…

-Recién acaba de llegar esta mañana, pero no sé exactamente la hora, porque…

-¡Qué raro… Porque aquel hermoso y carísimo terno de casimir inglés…!

-¿Un ternooo…? Y de casimir…

-¿Acaso tú crees que te iba a regalar cualquier cosita que no sea digna del gran amor que te profeso? Nooo.. ¡Imposible!

-Pero mi amor, solo he recibido un...

-Blazer… ¿Nooo?

-¡Nooo!

-¿Un pantalón?

-¡Tampoco!

-¿Un bividi?

-¡No, carajo, ni un maldito calzoncillo!

-¿Entonces?

-Tan solo un revoltijo de sucias tiras de un viejo calzoncillo…

-Nooo, Diosito, no puede ser… No creo que me haya equivocado de destinatario, a no ser que…

¡Plop!.

Y en esa mesa hubo un desmayo general.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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