lunes, 3 de mayo de 2021

"DE TAL PALO...

 Tenía que buscar una vieja “cuchuna”, seguramente oxidada por el largo tiempo transcurrido en aquel depósito al cual le había asignado un nombre muy especial para mí: “Mi Isla del Tesoro”, dado que allí atesoraba todos aquellos hermosos recuerdos y, con cada uno, sus propias historias que seguían imperecederas a lo largo del inexorable time. Lo primero que saltó a mis ojos fue un caballito de madera que, aunque solo era un palito largo con su cabecita despintada de aquel tantas veces montado animal y se me vino trotando por aquella inmensa vereda de sillares, cogiendo fuertemente aquella pita que hacía las veces de su segura rienda; seguí penetrando en mi incomparable isla y allí estaba, mi camión con solo tres llantas, pero con su entera carrocería; la colección de trompos pintados a mano de colegial iluso; mi querida pelota de trapo y mil juguetes más. Alcé la vista y también pude ver colgados, algunos serones o grandes canastos hechos de palo con cuero de llama trenzado; dos porongos y una cantarilla; serruchos con dientes trabados, junto a la antigua sierra un tantito desdentada, pero seguramente que todavía seguía cortando. De pronto, saltó entre mis recuerdos aquel canastazo que una vez me tumbó y ese certero golpe quedó guardado para toda mi vida:

-¿P´ande vais, m´ijo? ¿Acaso vos sois un pobre cieguito y no vis qu´aquí en la cocina hay pura mujer?

Tendriya más o menos seis o shete años y teniya la necesidá de pedirle permiso a mi mamita, qu´enesentoces era la jefa de las Hacedoras y antes que mi mamitay grande le dé su aprobashón al picante, mi madre teniya que ver si ya estaba terminado el plato recién preparau. Ella, primero le pegó una huaspiada a su mamitay y´enseguida me miró amí; no sabiya qu´iacer…

-¡Oigaste, jovencito… a vos te digo, no t´iagáis el cojudito! Aquí sol´uentran puras mujeres… así que, señorcito…

Pero en ese momento, yo creía que aquel inmenso amor de mi abuela me brindaría algunas licencias, más aún si allí estaba presente su hija mayor, mi madre. Y ahora recuerdo que seguí entrando muy campiante y d´iaseguro que no me pasariya nada…

-¡Salga usted de aquí, carajo! ¿O no se oye lo que estoy dishendo? ¡La cocina es solo pa´mujeres, yaaa…!

Y tomando entre sus fuertes dedos, aquella, su gran canasta del mercado, hecha de caña o carrizo trenzado, alzó su poderoso brazo y la lanzó, con tal puntería que me cayó justo entre las piernas, apenas quise emprender la retirada. Y la cocina entera me dio muchas güeltas en mi torocma. Inmediatamente, mi madre, dejó lo que estaba haciendo y presta, fue a recogerme y ver si me había hecho algún daño…

-¡Y cuidadito con ponerse a chillar… que los hombres nunca lloran… Agradecé más bien que n´ua siu con est´olla di fierro que tengo en mis manos, porque a´istas horas estariyas en la cruz roja…con las patas rotas ¡Y tú, Mariya… vení, vení y dejála a tu wawa! Tiene qu´iaprender y no l´iapasu nada… Trote, trote, que tuaviya nos falta aderezar la Sarza de Tolinas y preparar las cinco viandas que nos han pediu d´iande la comadre Tomasa…

Bajé la amarillenta canasta y no sé el por qué se me vino la imagen de mi madre. Seguí mirando este gran depósito redondo hecho con cintas de caña, otrora de mi abuela; estaba en buenas condiciones a pesar del tiempo transcurrido. Le quité el polvo acumulado y la volví a colgar. Por fin encontré esa segadera artesanal buscada y ya me iba retirando cuando, de pronto, se me vino otra vívida anécdota que me sirvió de una gran lección:

Tal vez seriya que, po´resa misma edá, ya sabiya que por un rial (moneda equivalente a 10 centavos o céntimos de sol) se podiya comprar en la tienda de doña Clara, muchos panes con chancaca, bolsitas de Cañihuaco, harta chichasara y un montón de alfeñiques o las dulces y ricas melcochas que tenían maní y otras semillas que las dejabas pa´chuparlas tod´uel la mañana. Un diya que vide, botada la faltriquera de mi mamitay, quise huaspiar un tantito dentro d´ella y metí la mano: allí encontré muchas cosas, dende infinidá de paños chiquitos, pañoletas, peinetas, broches, espejitos y´otros tantos de cosas de mujer; pero lo que más llamó mi atenshón, jue una pequeña bolsita con varios cheques doblados y´un montón de sencillo. Solo tomé la moneda más chiquita, para mirarla -me deciya-, pero algo en m´iadentro m´empujó, palabrita d´ionor, y me jui a la tienda de la doña Clara y me compré dos paquetes de galletas “Maríya” y feliz de la vida me regresé, pa´ comérmelas d´iadebajoy la cama, d´iaseguro pa´que nadies me huaspeye. -Solo probaré una-; -mejor, cuatritas; pero si puedo zamparme un paquete enterito y no pasa nada-. Al rato, se m´iacabaron ambas bolsitas, per´ualgo dentro de mí, me deciya qu´iabiya cometiu algo muy malo. Y´un tanto apesadumbrau, me jui al comedor pa´servirme el almuerzo. Era un rico estofau… pero n´uentraba n´iun tantito.

-Maver, decime, Benito…¿Estáis enfermo? ¿Por qué no comes t´uestofau que tanto te gusta? No me vais a decir q´uias hecho un entierro, aurititita, ¿nooo?

-¡No,si yo ya sé que eso no debe hacerse! Pero… es que… ¡No, nada! Es que estoy muy lleno…

-¿Lleno de qué? ¿Qué t´ias metiu al hocico? ¿Qué entierro habís hecho por hay? Decíme la verdá… porque comes o comes…

-¡No tengo ganas! Porque me´comiu dos paquetes de galletas... con una moneda que me´sacau de tu bolsa...

-¿Qué cosa? !Maver, repite! Que vos, bien sabís qu´eso no s´iace nunca... n´ientucasa, ni ajuera… ¡Aura sí que t´ias jodiu! Aurita mismo enshendo un palo y t´equemo las manos… ¡pa´que no güelvas a alzar nadita en tu vida!

Y hoy t´uavía güelvo a sentir esa quemante sensashón que me quemó hasta las malas ideyas de por vida. Si´nembargo, hi güelto a ver la imagen de aquella canasta aventada con tantita punteriya y nosé porque ambos retratos los´ejuntau en un mismo recuerdo.

AREQUIPEÑISMOS: basado en el Diccionario de Arequipeñismos de Juan Gmo. Carpio Muñoz

Achicharrar: quemar

Alfeñique: grandes dulces trenzados hechos con melaza; mote asignado a los estudiantes de la “Independencia”

Campiante: por campeante

Canasta del mercado: depósito para llevar los productos del mercado para cocinar en el día

Cañihuaco: cañihua molida y empaquetada, alimento andino de mucho valor alimenticio

Cerón: serón; canasto hecho de ramas secas y cuero de auquénidos para llevar carga sobre el lomo de una acémila

Cuchuna: especie de hoz rústica y popular; es un trozo de palo con una hoja metálica para segar o cortar hierbas

Cheques: por billetes

Chichasara: maná, pasancalla; golosina hecha con granos de maíz reventados y endulzados

Estofau: por estofado; plato típico en la gastronomía arequipeña

Hacer un entierro: exp. por haber comido algo antes

Huaspiar: atisbar, olisquiar

Rial: por real; pequeña moneda 10ma. parte de un sol

Sarza de Tolinas: entremés hecho en base a cebolla y mariscos (locos)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario