domingo, 14 de junio de 2015

THE LAST SUPPER

Maltheus, XXVI, 26, 26, 26

Corría el año 33 en un humilde e histórico barrio de Bethania, reunidos en la vieja posada conocida como LA DEL ESTRIBO, encontramos un choche a todo dar envuelto en su túnica impecablemente alba y con un manto de rojo intenso que hacía destacar sobremanera sus dotes de mozo bien plantado; de figura delgada pero imponente, con un rostro suavemente moreno enmarcado por una cabellera de tonos muy claros que acentuaba aún más la profundidad de sus ojos oscuros, acusándolo de poseer una mirada matadora a la  que únicamente su apóstol preferido era capaz de poderla resistir: Mary de Magdala, su favorita.  Allí estaban toda la patota que componían el equipo de fútbol más conocido como The Pendex Boys, cuyo entrenador, delegado, presidente y sponsor era JC, siendo su ayudanta especial la única chica quien lo entendía a la perfección y estaba a cargo de los bocaditos (sánguches de  dromedario porque los de camello les caía muy pesado por la doble carne de las jibas y además cada pieza despedía como dos litros del más puro Castrol); la ración incluía tres odres de abundante jugo de uva fermentado para darles ánimo y así obtener su entrega total en cada encuentro.


En el reciente match que acababan de jugar, The Pendex Boys, volvieron a golear por diez goles a cero al representativo de la Juve Guardia Pretoriana, legión desfalleciente y acantonada cerca del Monte Gólgota. Tras la derrota y a punto de fenecer por inanición, amenazaron con morirse, ya que no les quedaba ni ánimo para hacer un paro indefinido, en vista que el rancho desapareció durante las cinco últimas semanas y ya las centurias (de 60 beleve or not), presentaban unas fauces mortecinas y ferozmente acecinadas por ingerir solo seco de chivo, única cena servida cerca de las horas postreras, impuesta por el César para hacer economía sobre todo en las provincias del Imperio con una noble y generosa recomendación: obligatoria!

Para festejar la goleada y en vista que se aproximaba la Pascua, JC le dice a Juan, integrante de la sub20: -Corre, ve y dile a Gastón, de paso que sacas físico, que prepare la mesa central, la que está junto a la 20 tinajas de vino y que nos prepare 15 carneros al palo, (aunque solo hay ovejas). -Porque este fiel servidor de Tata Lindo y otro que lo estoy viendo, tenemos un filo de la Gran Flauta; pero, no te olvides decirle que ya no les eche tanto menjunje porque siempre terminamos armados… hasta los dientes y corremos el peligro de perder el invicto.

Cayó la tarde y ya sentados a la mesa, JC dijo: -Tomad vuestros sitos. Tú, Mary, a mi lado porque eres il migliore bocatto di Cardinale. Ella se le acercó y derramó todo un frasco de perfume en la cabeza de su boss. Aquella acción no fue bien recibida; sin embargo, Jesu, les reclamó:
-¿Por qué no se lavan las patas? Hay un olor a queso recontra avinagrado que ya quiere levantar la mesa y que nos puede delatar ante el Sumo Pontífice y nos quedamos sin pascua… luego, quitarse las sandalias…ponerlas a remojar… lejos, en el Río Jordán! No, no, mejor pónganlas en una tinaja porque nos podríamos quedar sin peces indefinidamente! Tomó una jofaina la llenó con agua y les lavó los pies a todos, pero empezando por su choche, indudablemente.

Una vez que mejoró el ambiente y el aire ya era respirable, JC tomó un baguette entre sus manos extendidas y dijo: -este es mi cuerpo!!
-Entonces… era cierto!
-No puede ser… aunque Él todo lo puede… así no vale! Con ayuditas a mí…!
-Bravo, bravo! Ya lo sabía… eres lo máximo mi querido Jesu!
-No puedo tener semejante competencia… ahora mismo lo vendo!
Pero JC, que lo sabía todo les mencionó:
Ha llegado mi tiempo…


-Hurra, bravo, solo tú y nadie más que tú… Una tinaja para cada uno? Ya lo sabíamos!
-Y uno de vosotros me hará traición!
-Seré yo, Maestro?
-Es el que mete su mano en el plato para mojar el pan…!
Y tomando la pieza entera la bendijo y partió entre todos diciendo: -Comed todos de este mi cuerpo y… bon appetit!
Una vez terminado el carnero opíparamente, JC cogió un cáliz lleno de agua, hizo unos cuantos pases mágicos y zuas! Aparecieron las 20 tinajas convertidas en el más puro Acholado de uva… se le había pasado la mano, pero el pisco estaba para rechuparse toda la semana. Lo bendijo y repartió entre todos…salud!
-Pero…Maestro… yo también?
-No te hagas la  angosta que bien te he visto empujándote dos odres del puro y al hilo… así que…
Al centro y pa´dentro! Mi´jita!
-Solo porque se trata de ti, Jesús del alma mía!

Y en menos de lo que canta un gallo se vaciaron las 25 tinajas; porque le pidieron al Maestro cinquito más de yapa y se dirigieron hacia el Monte de los Olivos porque allí sabían de un huarique, que solapa, preparaba un saltapatrás de la GP, a un denario el cilindro; no sin antes escuchar personalmente y por última vez al Maestro diciendo: -No beberé más de este fruto de la vid porque está maldito y mañana tengo un partido a muerte… así que, amigos, hasta el día que beba con vosotros en el reino de mi Padre.

Y nuevamente se metieron al cilindro toda la noche, terminando desparramados por todo el Huerto de Gethsemaní. Enterado el Tata Lindo, frunció el ceño y solo se oyó una voz atronadora que venía desde los cielos reclamando: ¡Qué estás haciendo, hijo mío! ¡Jesús! ¡Otra vez te tengo que recoger! Dios mío perdónalo, porque no sabe lo que hace… y no se parece en nada a su Padre!

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