Sí, peee…pareciba qu´iba a cayernos un aguacero de padre y señor miyo, porque aquel atajo metiu entre los bordos crecius a cada lado d´iaquellos topos sembraus d´ialfalfa crecida y listita p´al primer corte, apenitas dejaba aguaitiar el camino señalau por las champas gastadas por tantito trajín y´abiya que amarrarse bien los caucachos pa´cruzar las chacras qu´iban a dar justito a esa parte de la lloclla que daba justito a la parte d´iatrás de mi racay; pero allí también teniba su caminito escuendiu entre l´arena y las piedras pa´chimbarla en este tiempo de lluvias; luego, luego, treparla del otro lau y salir por fin a mi huerta.
Y´iba a
saltar la sequia que pasaba por detrás de mi
huerta sembrada de maíz y qu´esta
vez siabiya creciu d´iademás y pa´dentrar a la casa, solo las patas bien
entrenadas conociyan de memoria por ande yir sin tocpiarse con algún tocolo
apareciu de tanto en tanto. Entonce, me pareció oyir el canto de un chihuanco y
sabiya qu´iba llover sí o sí. Me quité mi sombrero huacali pa´poder avanzar mejor, cuando de pronto, pude
katiar a mi prima, la Ruperta; quien escapando en sentiu contrario, trataba de
montarse sobre el muro de adobes que cerraba su hurta y miraba pa´un lau y
otro: (de quién se escuende esta bandida? Ahhh…d´iaseguro que sev´escapar
pa´verse con el zamarro del Tomás, bien conociu com´uel Gavilán
Pollero…Entonce…es verdá qu´esta bandidita que me traye d´iun ala, y´encontró
quien liaga sentir mujer… Y sin quererlo, sentí que dos chorritos bajaban
presurosos por mis cachetes y dentré más apurau que nunca hasta mi catre, sin
saludar a nadies.
A la mañana
siguiente, nos encontramos justo en la seqiua de donde sacábamos dos latas de
agua cada uno pa´llenar las chombas y meterle un tantito de cemento pa´que
pueda asentar y así quedar lista pa´los diversos qu´iaceres de la casa. Nos
miramos como de costumbre y´ella trató de mostrar una sonrisa pero estaba más
coloradita que nunca.
-¡Hola, Tita,
qué linda estáis…!
-¡Hola, Tomasito…
no me digáis así, porque me lo gua creyer… Y se puso más coloradita…
-Anoche…
cuando estuve dentrando por la huerta a mi casa pude verte…
Alzó las dos
pesadas latas chorriando agua como si jueran
dos plumitas… Y patitas pa´qué te quiero, pareciba volar por aquel callejón que
daba frente a su casita. Más apriocupau
que nunca, sentiya que mi corazón se saliya por la boca y aquella sospecha,
s´iaciya más cierta y dolorosa en mi pecho. Recordaba, alguna vez, ambos atizando
la concha p´ervir la chicha, saqué juerzas dend´iadentro y le dije cuánto la
queriya, que no podiya aguantar más y que sabiya qu´ella tamién sentiya lo
mismo.
D´iun momento
a otro, con la pucuna, trató de acomodar la huacacara seca que serviya como
combustible pa´la concha, dishenso así:
-Tú bien
sabes que también me gustas…y mucho; pero somos muy koros pa´meternos en camisa
de once varas; además, si se llegan enterar mis padres…d´iaseguro que me van a
castigar… Y peyor, si s´enteran los tuyos, que son más jodidos, d´iaseguro te rompen
el lomo…por dedicarte a cosas que son de mayores…
Y´estaba
tentadito a decirle: te vido, casi de anoche,
trepando el muro d´iatrás con el mantón puesto, huaspiando a tiutos los
lados…como si jueces a cometer algo…
La miré
fijamente a sus hermosos ojos que resaltaban más por la lumbre de la candela.
Bajó la vista y, medio temblorosa solo pudo replicar:
-Tomasito…lo
nuestro no puede ser…somos menores d´edá…tenemos mucho tiempo por
delante…¿Pa´qué te apuras? Dale tiempo al tiempo y vais a ver que en un tantito
así podremos ser enamorados y tal vez podamos casarnos y…
-¡Solo quiero
que no me mientas! Eres lo mejor que mia podiu dar esta vida de miéchica y solo
tú eres la dueña de mi corazón…Ayer, cuando dentré por la huerta…
Me cortó de
un sopetón, voltió la cara y me dijo:
-¡Hay una
chica que se muere por ti!
-¡No me
importa, así seya la reina del mundo…solo tú…
-Dejáme
decirte de quien se trata y después me cuentas lo que pasó anoche…
-Bueno,
decíme, ¿Qué es lo que sabes? ¿O t´estás inventando por salir del paso?
-¿A que no
t´imaginas?
-¿De quién
estarís hablando? D´iaseguro que debe ser alguna de tus amiguitas…
-¡Tamién es
tu amiga! Y mia dicho que se muere por ti!
-¡Anda,
mentirosa! Si vos sabes que solo hay una chica para mí… y´esa eres tú…
-¡Dejámeee
terminar…que s´está apagando la concha y nos van a romper el lomo… Ellas es una
chica muy guapa…del segundo de media…
-¡No me
interesa! Dime que sí… y avivamos la candela…
Seguiya
hablando y no me daba la cara pa´mirarla de frente. De tanto en tanto, pareciba
secarse la frente o los ojos…No podiya delatarla, pero me herviya la sangre al
saber que ta solo eran disculpas para o hacerme sentir mal. Pegó un juerte
suspiro y me dijo:
-Ella es una
gatita que te ronroneya diya y nocha, pero tú ni siquiera tenís ojos pa´ver lo
qu´está sufriendo solo por una mirada tuya y me lua confesau como si juese
su´ermana…
-¿No em
digáis qu´es la gata de la Anselma? Nunca m´iba imaginar que esa chichipa
si´abiya fijau en este maltón que solo tiene ojos para ti.
-¡No seyáis
malo! Mira que te luestoy dishendo casi a la oreja…porque mia pediu que jure
nunca decirlo y menos a ti…
No aguanté
más el sofocón que estaba haciéndome chorrear mi mala suerte.
-¿Por qué
teniba que ser así?